El sonido nervioso de la respiración de Freyja surge de debajo mio. La sangre corre por mis venas cual galope descontrolado y nuestros corazones golpean con rabia la caja que los contenía. Mi mano, con una acariciando una Heckler, con la otra una barra metálica. Ella en cambio, un machete en una, y en la otra, otra Heckler. Una sabana nos cubría por completo. Tapandonos, escondiéndonos de los ojos del dolor, el miedo y la muerte. Y protegiendonos una mesa echada y otra encima, cual barrera de papel ante gotas de agua. Inservible. Pero mejor que nada.
De fondo gritos, gemidos y golpes. Decadencia.
La puerta comienza a sonar por una maraña de manos golpeandola una vez tras otra creando una tetrica música acompañada por gemidos y solo bailada por el miedo y la propia parca, que, parece ser, se ha vuelto loca.
Mata con el filo y revive con el mango...
Aferro con fuerza la barra metalica y me incorporo estirando los músculos por si he de actuar.
Miro a Freyja, la beso en la cabeza y aparto un poco la manta y la caja que tapona la salida para poder ver con más claridad lo que pueda suceder.
La tetrica música sigue sonando. Cada vez, con más violencia. La parca, nos ha olido. Tiene hambre.
Fijo mi mirada en la puerta.
Una fina grieta se comenzó a formar en mi alma, por cada golpe, se hacía más y más grande.
La mera idea de pensar que a Freyja le podria pasar algo... Ser uno de ellos... No...
El miedo afila su cuchillo y comienza a trincharnos mientras las lagrimas de Freyja comienzan a borbotear.
- Preparate
Me lebanto y me dirijo a la puerta y compruebo que está bien cerrada.
Miro a Freyja.
-¡Quedate aqui! Muevete solo si es necesario y solo en lugares altos y de dificil acceso.
-¡¿Que vas a hacer?!
- Dispara solo cuando sea necesario.
- ¡Que no vas a salir! Si sales tu, salgo yo.
- ¡No! No vas a salir. Cuando lo veas despejado, sales y subes al tejado. Yo vendre y si no lo hago... Encuentra el punto seguro.