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La vida no era sencilla, los problemas existen desde que uno es un niño, lo supo desde siempre, creció en una familia donde lo importante eran los modales, el estatus y el dinero que había en la cuenta corriente. Eso era lo que le enseñaron, a trabajar duro, ser el mejor, a no ensuciar su ropa, reír con la boca cerrada, a comer sin ensuciar, a jugar en silencio a vestir con traje, estresante, esa era la palabra, nunca recibió abrazos de mamá, más que en navidad, su papá brillaba por su ausencia, lo único que tenía era a su hermano, quien le acompañaba y cuidaba, así como a las personas de servicio.
Podía tenerlo todo, pero se sentía tan vacío, no era popular, su seguridad estaba por los suelos, sólo tenía un amigo, ese amigo que era quien alegraba sus días, en realidad él no sabía por qué seguía a su lado, si era aburrido y no tenía nada bueno que ofrecer, todo empeoró cuando escucho el rumor de que había llegado un nuevo alumno de intercambio, al principio no le presto atención, otro chico más.
No fue hasta que lo vio que todo cambió, ¿El amor a primera vista existía? Era hermoso, realmente apuesto, con esa mirada penetrante y su sonrisa que parecía brillar, se limitó a mirarlo de lejos, porque sería imposible que le mirara a él.
Pero su mejor amigo no pensaba lo mismo, en cuanto descubrió que le gustaba hizo lo imposible para juntarlos, sus primera conversaciones eran incómodas, a él le sorprendía la energía que cargaba ese chico, descubrió algunas cosas, su familia trabajaba en el campo en Daegu, era aficionado a los videojuegos, muy inteligente y ambas a los animales. Una persona sencilla, amable, que ayudaba a los que necesitaban, que era torpe pero divertido.
Ambos eran diferente, ninguno lo planeó, pero no pasó mucho tiempo para que las muestras de cariño salieran a la luz, abrazos discretos, tocarse las manos, sonreírse, llamarse por las noches y acariciar sus cabellos, ni siquiera sabían en qué momento había pasado, pero el amor afloraba en sus corazones.
Aquel primer beso marcó el inicio de algo que fue salvaje, enérgico y divertido, se querían, eso todos podían verlo, eran jóvenes, inexpertos, con una gran afinidad por tocarse y besarse, se amaban y por eso decidieron que era buena idea unirse de otra manera, una más profunda. No fueron cuidadosos, no les importó y por eso, meses después descubrieron algo que cambiaría su vida para siempre.
Decirle a sus padres que sería padre a los dieciséis años fue terrorífico, pero ambos lo hicieron, fueron rechazados, incluso él golpeado en la mejilla por su madre, ignorados y tratados como paganos, eso fue lo que pasó, nadie creía que fuera buena idea que estuvieran juntos. Los padres de su enamorado lo tomaron con más tranquilidad, hablando con ellos de lo que se avecinaba, sabían que era difícil, pero juraron que lo lograrían.
El primer error que él cometió fue ignorar la petición de su amado de vivir juntos solos, para irse a casa de sus padres, primer error, porque su madre odiaba a su pareja. Al principio su amado se calló todo, él sabía que su madre era exigente, pero no que lo humillaba de diferentes maneras, estaba entre la espada y la pared, no tenía empleo, no tenía nada que darle y le daba miedo, así que calló también.
