Comenzaron la mañana quitándose la ropa, con besos apresurados y una oleada de placer. La cama era nueva. Se habían propuesto usarla tan a menudo como fuera posible. En realidad, todo el apartamento era nuevo. Más grande, mejor. Suyo.
Más tarde, Xingchen tenía la cabeza apoyada en el pecho de Xue Yang, el sudor enfriándose, cuando se le ocurrió la idea.
Se levantó de un salto de la cama, absurdamente enérgico, tomó la bata de baño de detrás de la puerta del dormitorio y se la puso. Xue Yang, preocupado, lo miró de cerca.
—Vamos —dijo Xingchen—. Tengo ganas de panqueques.
Para cuando Xue Yang finalmente salió del baño, con el pijama nuevamente puesto, el cabello recogido en un nudo un poco menos desordenado, Xingchen ya había terminado con la masa.
Xue Yang se coló detrás de él, con cansancio envolvió sus brazos alrededor de la cintura de Xingchen, se apretó contra él y puso su rostro sobre la espalda de Xingchen.
—Quiero darles la vuelta —dijo sobre la bata de Xingchen, amortiguando su voz.
Xingchen se giró, haciendo lo posible por quedarse en los brazos de Xue Yang. Xue Yang lo miró, con los ojos nublados, aún hinchados. Xingchen levantó la mano y se colocó un mechón de cabello detrás de la oreja.
—¿Prometes por el meñique que terminarán de nuevo en el suelo?
Solemnemente, Xue Yang levantó la mano izquierda. Cinco años juntos, y aún no se cansaban de la misma broma.
Trabajaron en sincronía, Xingchen vertía la masa, Xue Yang los volteaba. A veces usaba una espátula, a veces intentaba hacer acrobacias con el sartén. Sorprendentemente, el suelo se mantuvo limpio. Nada salpicó por ningún lado, nada se pegó al techo.
Quince minutos más tarde, cuando solo quedaba una pizca de masa en el fondo del tazón, Xue Yang comenzó a ponerse ansioso, a tocarlo, sin ánimos de quitarle las manos de encima a Xingchen, ya fuera un toque suave en la parte baja de la espalda, un fuerte agarre en su cintura, sus dedos pasando lentamente por su pecho, subiendo y bajando por sus brazos. Xingchen fue paciente, pero incluso su autocontrol tenía límites. A Xue Yang, el demonio, le encantaba ponerlos a prueba.
Cuando sus dedos (cálidos, ligeramente pegajosos) se metieron bajo los pliegues de la bata de Xingchen, ese fue el punto de ruptura.
Xingchen se dio la vuelta, tomó a Xue Yang por la cintura y lo empujó contra el mueble. Xue Yang siseó ante el impacto y Xingchen lo besó de inmediato; Xue Yang se arqueó ante su toque, se acercó más y rodeó el cuello de Xingchen con los brazos. Sus labios se separaron contra los de Xingchen, los movimientos se volvieron desesperados, como si estuviera tratando de acortar la distancia entre ellos, cuando no había ninguno en absoluto, como si quisiera volverse uno con Xingchen. Quería más y Xingchen podía sentirlo, en cada jadeo que Xue Yang dejaba escapar, en cada gemido que enviaba escalofríos vibrando a través de sus huesos. Xue Yang ya se había corrido dos veces esa mañana y todavía quería más.
Luego se escuchó un pitido agudo, y otro, y otro, y el sartén detrás de ellos humeaba, abandonado en la estufa durante demasiado tiempo, y Xue Yang se estaba echando a reír mientras Xingchen luchaba por desactivar la alarma de humo en el techo desde lo alto de un silla. Cuando se bajó de esta, cuando finalmente hubo silencio, Xue Yang lo besó de nuevo, esta vez con suavidad, prologándolo, sus dedos sosteniendo la mandíbula de Xingchen. La cara de Xue Yang estaba congelada en una risa, pero ahora más suave; miraba a Xingchen con tal adoración, reverencia, que Xingchen se permitió a sí mismo distraerse de nuevo.

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Piece by Piece | XueXiao
FanfictionXiao Xingchen nunca se había enamorado, no sabía cómo se debía sentir. Sospechaba que se sentiría más o menos así. TRADUCCIÓN DE "Piece by piece" DE finalizer EN AO3 → Xue Yang ♂ Xiao Xingchen (The Untamed/MDZS) → Posible mención de otros personajes...