Vendida por Amor a primera vista

🔸 Capítulo I🔸

🔸♥️🔸

Como todos los días hoy me toca ir al instituto, me levanto y me doy una ducha, me pongo una blusa negra y unos pantalones ajustados, unos tenis,  recojo mi cabello, peino mi cerquillo rebelde, agarro mis cosas y me dirijo a la cocina. Mis compañeras de apartamento también están listas, esperamos que Yesi, mi mejor amiga termine sus deliciosas tortitas mañaneras.

— ¿Nunca piensas soltar ese cuaderno? —pregunta Yesi.

— Sabes que no —digo mientras como un pedazo de tortita.

— Yesi no te molestes, sabes que no lo hará —dice Mía, mi segunda mejor amiga.

Escribo libros, no tan buenos como 50 Sombras de Grey, pero si me gusta. Es un pasatiempo que me permite relajarme en esta atareada vida de estudiante sobresaliente.

— ¡Oigan!, Keli me envió un mensaje, la disco estará llena de personas importantes hoy, la compró uno de esos poderosos ricos que se creen los dueños de la ciudad —dice Yesi mirando su celular.

— Genial, iremos hoy, ¿Al, te vienes? —ruega Mía poniendo ojitos de borrego.

— Sabes que no me gusta ir allá, van personas con caras de “No te me acerques, soy peligroso” —contesto modificando mi voz en masculina sin quitar la vista de mi Blok y escuchando las risitas de mis amigas

— Entonces no me dejas opción...

— ¡No, espera! —chillo al ver como me fue arrebatado el cuaderno.

— Si vienes lo devuelvo —dice mientras corre por toda la casa al ver que la persigo.

— ¡Joder Mía no lo hagas!

Literalmente no vivo sin los apuntes de los libros que escribo, no puedo creer que me los quite. Aunque fue una buena jugada que no vi venir, debo admitir que sabe pelear una guerra.

— Vale, pero dámelo —ruego

— ¿Pinkie promise? —pregunta

— Si, que sí —ruedo mis ojos

Terminamos y nos fuimos al Instituto, en la tarde nos arreglamos para cumplir mi promesa. Las chicas estaban geniales, pero yo no era muy fan a su estilo así que me puse una blusa negra brillante, una licra de las que le llaman petrolera y unas boticas, mi cabello ondulado y poco maquillaje.

Ya casi estábamos de salida.

— No me creo que lleves eso —comenta Yesi al ver llevar en mi bolsa mi Blok.

— Ya, sólo es un libro ¿no?, no molestará —conteste sonriéndole

Al llegar, entramos y todo estaba lleno de luces de neón que cargaban mis ojos de vez en cuando, había una barra y una segunda que parecía privada en el segundo piso, el cual tenía una baranda desde donde se podía ver el centro de la pista.
Había mucha gente, jóvenes por lo general. Nos acercamos a la barra y pedimos algo de beber.

Las chicas me sacaron a bailar, estábamos justo en el centro. La música era muy alta, electrónica, pude distinguir a Marshmallows.

A pesar de tanta gente, sentía el peso de una mirada, no sabía de dónde provenía hasta que busque con la con discreción y nuestros ojos se cruzaron. Estaba en el segundo piso observándome, era un tipo raro, un poco mayor que yo, como unos 20 años. Alto, de cabello negro, no podía distinguir su color de piel por las luces y la oscuridad del lugar, pero parecía estar bien ejercitado, desde abajo esa camisa parecía estar apretada en sus brazos. No disimulaba, es como si se sintiera el dueño del mundo y eso me irritó bastante.

Me aparte a tomar algo a la barra hasta que necesité ir al baño. Estaba algo atontada, imposible que dos tragos me pongan así.

Estaba caminando en busca del baño, subí las escaleras hasta un pasillo algo oscuro el cual llevaba a dos caminos. Me giré para ver detrás pero choque con algo duro y blando a la vez que me hizo tambalearse un poco antes de fijar mi vista en el muro andante delante de mí.

— ¿Necesitas ayuda preciosa? —sonó una voz ronca.

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