Capítulo 28

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5 meses después.

- ¡Qué alivio! -sonrío - Ya no me duele doctor
- Las terapias fueron efectivas. -dice el doctor mientras se retira los guantes. - Ya puede irse a casa, si siente algún dolor llámeme ¿de acuerdo?
- Por supuesto. -me bajo de la camilla y salgo del hospital.

Ya mi pierna está mejor. Romeo se fue después de la fiesta, Max me ha estado evitando después de lo del beso y la enfermedad de Gema ha estado avanzando. No se separa de Max y yo evito salir de mi habitación para no verlos juntos. Max me permite salir, pero con guardias. Las condiciones son: no beber alcohol, no salir con chicos y no ir a la policía.

Llego a la casa y me adentro en la gran mansión dejando a los guardias afuera. Ya no necesitan seguirme por toda la casa. Subo las escaleras y camino por el largo pasillo para ir a mi habitación. Sin darme cuenta por estar buscando mis medicinas en la bolsa, choco con una figura masculina. Max me mira fijo.

- Lo...lo siento, estaba distraída -digo nerviosa por tenerlo a esa distancia.
- Tú y esa manía de siempre chocar conmigo -dice y sonríe de lado
- Tú y esa manía de evitarme -digo y cambia el semblante de su rostro
- No te estoy evitando Alicia
- Claro, y nos vemos diariamente cuando nos sentamos a comer palomitas y ver una película de terror -digo irónica
- No me hables en ese tono preciosa -amenaza
- ¿O qué? -digo segura - ¿Vas a castigarme? -le suelto sin pensar
- ¿Qué? -su cara es de asombro - Desde que llegaste yo...nunca he dicho eso, entonces tu... -me mira confuso
- ¡Sí! -afirmo - Lo recuerdo todo desde esa noche que nos besamos. -confieso
- ¿Por qué no me dijiste? -pregunta en un tono de enojo
- Porque era mejor así, ¿estás contento?, me compraste por segunda vez y me mentiste -reclamo
- ¡Solo salvé tu vida por segunda vez! -grita furioso - ¡Y sí te estoy evitando, porque no puedo estar cerca de ti sin poder besarte, tocar tu suave piel, y hacerte el amor como nadie lo haría jamás!. -se acerca a mí lentamente
- Gema te quiere, está enferma -digo bajando la cabeza y cediendo ante el tacto de sus manos en mi rostro
- Ella no quiere estar aquí, quiere probar a internarse. Tal vez haya una última esperanza para ella. -dice mientras el tono de su voz se suaviza.
- ¿Entonces puede sobrevivir?
- Sí, se irá en tres días a Europa.
Antes de poder hablar se siente la voz de Gema llamando a Max. Él no dice nada y solo se aleja. Vuelvo a mi habitación. Me cambio para sentarme y ver una peli. Bajo las escaleras y suena el timbre...

Abro la puerta y delante de mí aparece una chica bastante guapa, parece sacada de revista, es alta, con tacones exageradamente altos, deduzco que iguala la altura de Max. Tiene cabello negro y va vestida con ropa de marca, me doy cuenta por las etiquetas a un lado de su bolsa. Me mira como si fuera una hormiga.

- Hola, ¿a quién... -no termino la frase y ella entra haciéndome a un lado y mirando cada rincón del salón.
- Donde está Maxi -pregunta con voz chillona y altanera. Genial, al menos esta no es rubia.
- ¿Te refieres a Max? -digo distante
- Para ti, niña, es señor Max -dice irritante enmarcando la palabra niña. Que perra, si ya cumplí los 20. - Mejor llámalo y tráeme un jugo natural de naranja, no le agregues mucha agua, este cuerpo necesita vitaminas. -se sienta en el sofá cruzando las piernas.
Llamo a una de las chicas del servicio en la cocina y le pido que le avise a Max. Me devuelvo para el salón, prendo la tv y me acomodo en el otro extremo del sofá con el peso de la mirada de la chica.
- Oye que haces, pero quién te crees niña -dice levantándose y hablándome en voz alta
- No me grite, señora, yo no soy su sirvienta -hablo más alto mientras me levanto
- ¿Qué sucede aquí? -Max habla mientras baja las escaleras
- Hola Maxi, mi querido primo -dice la loca mientras lo abraza - Deberías enseñarle modales a tus empleadas.
- Clara, estás hermosa -él le abraza de vuelta - Pero Alicia no es mi empleada.
- ¿Quién es? -pregunta
- Es una persona muy especial para mí -me mira fijo
- Ya veo -me observa con odio la loca - Necesitamos hablar

Veo como se dirigen al despacho. Yo me siento en el sofá y veo mi peli. Una hora más tarde, veo a la chica despedirse de Max e irse, no sin antes dedicarme una mirada de desprecio y odio.

Ceno sola como todos los días y subo a la habitación de Gema. Max no está.

- ¿Gema? -llamo a la puerta
- Adelante Al -dice ella con voz forzada

Entro a la habitación, la verdad es que se ve muy mal. Max a tratado de que su estancia sea muy agradable, la habitación está llena de osos de peluche, corazones, globos y flores.

- Hola, te...veo bien -digo bromeando
- Ya me vez -sonríe - ¿Qué sucede? -pregunta, yo me acomodo a su lado en su cama
- Max me dijo que te vas, ¿estás segura de lo que harás? -pregunto
- Sí, no quiero seguir siendo una carga para Max. Yo se...que él te ama como tú a él, los vi el día de navidad. -dice esforzándose un poco por hablar mientras yo me lleno de vergüenza.
- Gema yo....-me interrumpe
- No te preocupes Alicia, en los sentimientos nadie manda. Yo sé aceptar mi derrota.
- La verdad es que voy a extrañar tus ironías y amenazas. -reímos - Conserva este anillo, cuando te mejores, me lo devolverás -le entrego uno de los anillos que me regaló mi padre hace mucho tiempo.
- Gracias Al, planeo devolvértelo, y si para cuando regrese no te has dejado de estupideces y no estás con Max, lucharé por él -bromea aunque sé que lo dice en serio
- Señorita Gema, ya está todo listo -dice un tipo vestido de blanco que entra inesperadamente
La miro extrañada.
- ¿Pero, no era en tres días tu viaje?
- Sí, pero lo adelanté esta hace unas horas. Mientras menos tiempo pierda mejor.
Entran dos tipos más de uniforme blanco con una silla de ruedas.
- Sé que vas a mejorarte. Buena suerte -le abrazo
- Gracias Al, no seas tonta y lucha por tu amor. Clara es peligrosa, está aquí y hará lo que sea para apartarte de su camino. -me susurra al oído antes de que la trasladen a la silla y desaparezca por la puerta.

Mis amores voten y comenten. Si no público mañana, feliz año nuevo. Los amo.
😘😘😘😘😘😘

Vendida por Amor a primera vistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora