Capítulo 7

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- ¡Alicia! ¡Abre la puerta! -gritaba Max dando golpes en la puerta.
- ¡Déjame en paz! -grité
Intentaba quitarme el vestido el cual estaba bien apretado. En lo que logré quitarlo Max abrió la puerta de golpe y se dirigió hacia mí.
- No te vuelvas a encerrar Alicia -gritaba mientras me lanzaba a la cama.
- ¿Qué harás? -dije algo asustada
Estaba sobre mi admirando mi ropa interior.
- Te haré mía Alicia -se quitaba la camisa
- ¡No por favor!¡Max no lo hagas! -suplique asustada.
- Pero debo castigarte preciosa -estaba quitando mi sujetador y besando mi cuello - ¡Ya sé! -susurró en mi oído.
Quito mi ropa interior mientras yo trataba de defenderme y las lágrimas corrían por mi sien. Buscó unas cadenas y aunque intenté escapar me atrapó y me ató los brazos y piernas a cada lado de la cama. Estaba completamente expuesta y sonrojada gritando.

(Max)

Se veía hermosa así. La quiero para mí. Besé su cuello mientras ella se retorcía. Su piel era tan suave que no podía dejar de acariciarla. Bajé hasta sus senos y los acaricié hasta lograr sacarle un gemido. Podía sentir mi parte íntima tomar fuerzas. Quería tocarla. Pero la dejé ahí caliente y desnuda y me fui a dar una ducha.

(Alicia)

Me dejó caliente el muy cabron, intenté soltarme pero no pude. ¡Lo odio!
No puedo negar que en el fondo, muy fondo, si quería sentirlo dentro de mí.
¡Pero no!
Volvió de la ducha y se quedó observándome.
- Te ves hermosa! -dijo provocando que me sonrojara.
- ¿Cuándo vas a soltarme? -pregunté
- Cuando te pruebe preciosa, quiero saber si es tan bueno como pienso. -dijo acercándose a mí.
Besó toda mi barriga hasta mi entrepierna. Pasó su lengua por mi sexo haciendo que gimiera de placer. ¡Me gusta lo que hace, este hombre me está confundiendo!. Movía su lengua en forma de círculos y a distintas velocidades.
Podía sentir un calor recorrer mi interior, y algo dentro de mí estaba a punto de explotar. Justamente ocurrió cuando metió su lengua dentro de mi sexo.
Fue una sensación gloriosa, como si todo lo que sentía se borrará por un momento y todas mis fuerzas fueran ahogadas en un grito placentero.
- Eso es preciosa, sabes mejor de lo que imaginé -decía uniéndose de nuevo y lamiendo más mi sexo.
Hubo una segunda vez, volví a sentir minutos después la misma sensación, pero esta vez, vi como Max sacaba de su entrepierna su gran miembro y lo acariciaba en frente de mí. Así lo hizo hasta que ahogó su placer en un gruñido mientras y algo caliente callo sobre mi abdomen.
- ¡Eso fue para no follarte Alicia!, Aún no es el momento. -dijo antes de acostarse a mi lado.
- ¡Eres un cabrón! -dije respondiéndole
- ¿Quieres decirme algo? -preguntó
- ¡Suéltame! -grité
En cuanto me soltó me metí a la ducha. Ya era muy tarde. Allí comencé a recordar todo lo sucedido desde que vine a vivir con Max. Las lágrimas recorrían mi rostro y un sentimiento extraño crecía dentro de mí, aún cuando yo no quería.

Unos golpes en la puerta me sacaron de mis pensamientos.
- ¡Alicia!, ¡Llevas una hora en la ducha, ¿Estás bien?! -gritó Max.
Mire mis manos y mis dedos estaba arrugados. Llevaba más tiempo del que pensaba.

Salí unos minutos después con mi pijama puesto. Al salir Max estaba recostado de la pared observándome.
Lo ignoro por completo y comienzo a secar mi cabello frente al espejo.
- ¿Vas a ignorarme? -preguntó dejando su posición y dirigiéndose a mí
- No te me acerques Max -dije alejándome.
- Al.... - tocaron la puerta justo antes de que terminara mi nombre.
Nos sobresaltamos.
Max abre la puerta.
- ¿Nana que sucede? -preguntó
- La niña Keity, tuvo un...accidente -logre escuchar lo que decía Nana llorando.

Max se preparó rápido e incómodo y bajó. Lo seguí luego de cambiarme.
- Voy contigo -le dije
- ¡No!, No puedes salir por tu comportamiento, te quedas aquí -gritó
- No quiero ir -insistí
¡Error!
Se volteó furioso.
- Por una jodida vez hazme caso si no quieres ganarte unos azotes en las nalgas. -gritó y se marchó al instante.
¡Gruñón troglodita!

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Vendida por Amor a primera vistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora