Oda lunar

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Cuando tu semblante argenta se eleva,
iluminas mi oscuridad,
dejando promesas nuevas,
promesas de serenidad.

Tu inalcanzable belleza,
me corta la respiración,
cuando veo que te postras,
entre las olas de mi corazón.

Y así queda tu trono entre los mares,
con inquietos vaivenes líquidos,
de colores lívidos,
y de contrastes dispares.

Y quedas como la única reina,
y usas las nubes como túnica,
para no quedar desnuda,
y hacerte sentir la única.

Y es porque lo eres,
la más preciosa de todas,
de todas las mujeres,
al menos de entre las más hermosas.

Y así como reina, sepultas tu reino,
entre tu iluminado manto de plata,
para así cubrirnos,
con tu aterradora capa.

Madre de la oscuridad,
tú que me abrazas en eterna vigilia,
espero que te pueda alcanzar,
y así cubrirte de maravillas.



Borrón y cuenta nuevaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora