Nébula demente

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Amo tu vorágine desenfrenada
de caricias y ternura,
de locas corazonadas
de tu terrible locura.

Añoro tu tacto demente
sobre mi mente desequilibrada,
y aunque te parezca insolente,
pienso que la tuya está reflejada.

Extraño tus ojos de sensual furia,
de esmeraldas encendidas,
fijos en la memoria
de este enamorado suicida.

Algún día bailaremos un bals,
en frente de nuestras tumbas,
recordando nuestro amor mortal,
con el ritmo de una buena rumba.

Y ese día absorberé tus pensamientos,
y los abrazaré con infinita locura,
porque ese sería mi tratamiento,
porque el tiempo todo lo cura.


Borrón y cuenta nuevaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora