Ave fénix

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Maravillosos son tus cantares,
que terminan en sollozos
de ceniza y polvo,
en mitad de silencios sepulcrales.

Que hermosas son tus plumas
manchadas con tinta de tu historia,
que aunque efímera,
es eterna en mi memoria.

Y que bonitos son tus vuelos,
brillantes como el amanecer,
que estallan en las llamas,
de cuando vuelves a nacer.

Cuanta envidia tengo,
de tu inocencia volátil,
de no tener un anhelo,
y vivir la vida fácil.

Tu vida es parte de un ciclo,
de estallidos fugaces,
y como en la mía,
siempre renaces.

Pero que ironía tan cruel,
nacer y volverte a deshacer,
y así repetir un bucle grotesco,
un infinito de papel.

Borrón y cuenta nuevaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora