Tempus Fugit

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Así como en una catarsis residual
el tiempo es un reloj de arena
envuelto en un cristal
de ónice

cuyo paso del tiempo es fino,
como la seda de un pañuelo,
o como el aleteo de un estornino,
cuando alza el vuelo.

Y sin embargo, en esencia,
es nuestro guardián,
vigilando nuestra existencia,
hasta nuestro amargo final.

Pero en su estado,
es atemporal,
porque es osado,
porque es mordaz.

Porque controla sus normas,
y lo controlan sin cesar,
un poder irónico en forma,
una ironía capital.

Y así, es que es el tiempo,
sino tu aliado vital,
hasta que te falle el aliento,
convirtiéndose en tu enemigo mortal.

Y así es el tiempo,
una forma atemporal,
un aliado perfecto,
y un enemigo mortal.



Borrón y cuenta nuevaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora