16 - {III}

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Canción en multimedia: I'm gonna show you crazy - Bbebe Rexha 🎵 🎶




—Jimin, escucha. Esto es urgente.

¿Uh?¿Por qué me despiertas tan temprano? —masculló su amigo del otro lado de la línea.

—Son las once de la mañana, Jimin.

Se escucha como temprano para alguien que se acostó esta madrugada a las cinco haciendo muy responsablemente sus correcciones al trabajo de Redacción antes que salir con Seokjin.

—Sí, bueno... Sobre eso... ¿Podrías venir a buscarme?

Taehyung miró a su alrededor con un suspiro. Ah, ¿cómo había llegado a eso?





[...]




Taehyung rascó su cuello. Seguro que tendría una buena cicatriz allí si volvía a hacerlo, pero su cuerpo no encontraba una manera de canalizar de todo lo que sentía.

La situación era demasiado extraña para él. Tal vez nunca había visto a Seokjin así, de esa manera.

¿Qué manera?

Bueno, así. Deshecho y sin poder controlar su llanto; ni siquiera trataba de disimularlo, pero estaba esforzándose por conducir como si nada estuviera pasando. Taehyung no sabía qué hacer o decir, para ser honestos, porque no entendía absolutamente nada.

—Hyung —murmuró para llamar su atención—. Detente; no tienes que forzarte a manejar. Puedes hablarlo conmigo.

—Está bien, Taehyung. Solo te llevaré a casa —dijo toscamente, casi escupiéndolo entre dientes. Él aceleró y Taehyung se removió en su sitio.

—Hyung —repitió el castaño, encogiendo sus dedos alrededor del cinturón de seguridad. Él lamió sus labios con nerviosismo y le dio una mirada de reojo—. ¿Qué pasó en Rubí? ¿Acaso tú... tienes que ver con la muerte del hermano de Jungkook? ¿Por eso te odia tanto? ¿L-Lo mataste?

La reacción de Seokjin lo tomó por sorpresa. Taehyung no estaba esperando calma, pero tampoco pensó que aquello terminaría por descolocar a Seokjin. El chico golpeó el volante con sus manos varias veces, con furia, y el claxon sonó varias veces mientras el chico gritaba:

—¡No, maldición, no! —Su cara se puso roja y Taehyung sintió su cuerpo pegándose al asiente del auto cuando el acelerador fue oprimido hasta el fondo. Mierda, no. Mierda, no. Si había algo que de verdad aterraba a Taehyung, era ir en un auto a toda velocidad.

—Hyung, detente. Está bien, por favor, detente —susurró sintiendo su corazón yendo tan rápido como el auto.

—¡Dime por qué tienes que ser tan cotilla y entrometido siempre! ¡Qué mierda te importa! —vociferó Seokjin hacia él, sin siquiera mirar el camino. Otro vehículo que venía en la misma vía, en dirección contraria, hizo sonar su claxon bruscamente.

—¡Por favor detente! —gritó Taehyung sin prestarle atención. Demasiado asustado como para sentirse dolido por esas palabras.

Bruscamente, Seokjin pisó el freno y el dolor estalló en su clavícula y hombro cuando el cinturón de seguridad sostuvo su cuerpo antes de quedar aplastado contra el para brisas como un huevo.

¡El mariscal de campo es gay! - KookVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora