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Canción en multimedia: Sucker - Jonas Brothers 🎵🎶




Jungkook tomó su casco del casillero y se preguntó si era buena idea entrenar. El reloj marcaba las dos de la tarde, hora del entrenamiento, pero él aún no había probado bocado alguno porque había estado ocupado con algunos trabajos que debía entregar. Adelantarse en sus clases no estaba siendo fácil, en especial cuando había perdido varias semanas por el proceso de transferencia.

Pero no podía faltar a la práctica. Estaba al tanto de que aún no se ganaba al equipo completo, pese a su excelente debut contra la universidad de Incheon. No lo decían en voz alta, pero algunos preferían a Hoseok como mariscal. El chico tenía más experiencia táctica y pensaba las cosas con la cabeza fría, aunque no fuera tan rápido como él. Jungkook solo seguía «corazonadas». Hasta el entrenador Jisuk lo había insinuado.

Por eso no podía darse el lujo de faltar. Decidido, vistió lo que faltaba del resto de su uniforme y echó a andar fuera de los vestuarios, ansioso por reunirse con el resto del equipo. Con Hoseok habían estado hablando de abrir «convocatorias» y suplir algunas de las posiciones que creaban huecos en la defensa, así como en el ataque. Ese día, el entrenador Jisuk tenía planeado observar a la defensiva y mover algunas fichas dependiendo de su desempeño contra el equipo ofensivo. Claro que no iba a faltar.

—¿Escuchaste lo que pasó con Irene?

Aunque la pregunta no era para él, y la conversación ciertamente no lo incluía, Jungkook no pudo evitar mirar de reojo en dirección a la plática mientras se reunía con Hoseok en la yarda 35 de la cancha. Conocía a Irene; bueno, había escuchado que estaba en la misma Facultad de Taehyung. ¿Había pasado algo malo con ella?

—Querrás decir Joohyun —respondió Won Sik con una risa extraña—. Claro que lo sé. Todo el mundo lo sabe.

Todo el mundo menos Jungkook, claramente.

—Hyung —El pelinegro codeó a Hoseok, interrumpiendo su estiramiento—. ¿Pasa algo con Irene?

Como si fuera un sacrilegio hablar del tema, el mayor le siseó para que bajara la voz y Jungkook solo frunció el ceño, sintiéndose perdido. ¿A qué se refería Ravi?

—Alguien hackeó la cuenta de Yoonji noona y publicó en la gaceta virtual cosas... privadas sobre Irene —contestó Hoseok en voz baja, haciendo sonar su cuello—. Como que se cambió el nombre y dejó Daegu después de, cómo decirlo... un accidente. No me corresponde hablar de eso.

—Oh —Jungkook asintió, todavía confundido, pero su curiosidad no estaba satisfecha con la respuesta y fue por eso que —sin su celular a la mano—, no pudo evitar la tentación de volver su cabeza hacia Won Sik.

—La vi llorando en cafetería con Kim Taehyung —se burló el moreno con un resoplido—. Chupapollas. Es tan patético. Fingiré ser gay para acercarme a ella.

Los dos amigos se carcajearon en voz baja y el entrenador Jisuk hizo sonar su silbato para dar comienzo al entrenamiento. Jungkook se quedó estático en su lugar mientras sus compañeros iniciaban a trotar de extremo a extremo, sintiendo la furia burbujear en su pecho. Chupapollas. Él presionó la cara interna de la mejilla con su lengua y aferró su casco con más fuerza, hasta que sus nudillos se volvieron pálidos. Patético.

—¡Muy bien, todos a sus posiciones!

—Entrenador —Jungkook tenía una predilección de ubicarse en diagonal al center —en este caso, Kai, cerca del guardia ofensivo a su izquierda; le hacía sentir más seguro y le daba más tiempo para armar la jugada, pero esta vez, no tenía esos planes—. ¿No será mejor si probáramos a los tacleadores como guardias ofensivos? Solo una prueba —sugirió tranquilo, como quien no quiere la cosa.

¡El mariscal de campo es gay! - KookVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora