Un inocente sueño que se convertira en una pesadilla.
La realidad detras de un deseo infantil les mostrara que se debe de luchar contra todo para conseguirlo.
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La noche transcurrió completamente ajena a nuestras preocupaciones y dolor, el cual aún seguía fresco.
¿Como ir a dormir cuando hace unos momentos más de la mitad de nuestros amigos y compañeros fueron asesinados sin piedad?
Por más que lo intentábamos, no podíamos.
Yo simplemente rodaba en mi cama como si miles de bichos estuvieran atacándome, pensando si esto podía empeorar.
Un sonido de cristal rompiéndose fue la cruel respuesta.
A penas pude ponerme de pie cuando alguien simplemente llego y tumbo mi puerta de un golpe.
—¡Alguien entro al edificio!.—Aviso Kirishima aun agitado.
Rápidamente salimos al pasillo, buscando al responsable. Mientras corría iba pidiéndole a Dios que por favor no pasara otra tragedia.
Ese día, incluso él me fallo.
—Bakugou no está.—Soltó Todoroki aun en estado de shock.—Alguien se lo llevo.—
La sangre se me heló por un segundo para después comenzar a hervir.
Estaba furioso, cansado, harto.
—¿Eh?, Midoriya ¿a dónde vas?.—
—¿Que no es obvio? Voy a recuperar a mi amigo.—
Rápidamente se me fueron encima impidiendo que continuara con mi camino.
—¡No puedes hacer eso, solo causarás que los ciudadanos se alteren más!.—Iida tenía un buen punto, pero en esos momentos estaba completamente cegado por la ira.
—Ellos solo están asustados.—Dijo Melissa intentando calmarme, lamentablemente ese fue mi detonante.
—Ochako también lo estaba, esa no es justificación para ir asesinando personas al azar.—
Así como yo aceptaba que ellos tenían un buen punto de vista, tuvieron que aceptar que yo también tenía razón.
—El tener miedo a lo diferente no te da el derecho de extinguir todo lo que nos aterre.—
—Midoriya tiene razón.—La voz menos esperada hizo acto de presencia.—Yo ya perdí a una persona importante por culpa de ese estúpido miedo, no voy a permitir que suceda de nuevo.—
