Un cambiaforma conejo se ha visto envuelto en un horrible accidente provocado.
Un nuevo lobo ha llegado al pueblo y nadie en la manada confía en el a excepción del líder.
Cómo esta controversial pareja termina juntos y cómo resolverán el misterio de...
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Min Yoongi había, descaradamente, evitado al conejo. Su actitud repelente hizo que pasara desapercibido para todos a excepción del pequeño cambiaforma. La falta de una respuesta había hecho que cierta desconfianza comenzara a marcar un antes y un después. Las duda de por qué motivo se negaba a responder una pregunta tan sencilla y a la vez tan importante estaba llevando al conejo a un nivel de estrés poco conveniente para él.
A su vez, Min Yoongi era el único que realmente se daba cuenta del estrés en el pequeño conejo mostraba. Probablemente por ser el unico observandolo mientras no se da cuenta.
Yoongi estaba de guardia nuevamente. Observaba desde su posición, con suma discreción, la pequeña reunión de Jimin y Seokjin, escuchaba sus risas y sus bromas. Respiró profundo, buscando eliminar el sentimiento de anhelo de su ser. El olor de algo putrefacto inundó su nariz y desapareció casi con la misma rapidez.
Las luces de la mansión Kim estaban apagadas, según su reloj de muñeca eran cerca de las tres de la mañana, por lo que todos estaban ya dormidos a excepción de quienes estaban cuidando los alrededores de la casa. El olor de algo en descomposición volvió a aparecer con mayor intensidad. Escuchó algo moverse en los arbustos cercanos a la cerca. Caminó hacia el ruido deteniéndose con ansiedad. Volteó hacia la ventana de la habitación de Jimin.
-Chen- llamó por la aplicación de radio en su celular.
-Te copio- respondió enseguida.
-Detecto algo en mi área, iré a investigar. Mantente alerta de mi zona- pidio al otro centinela, guardando su teléfono tras escuchar su confirmación.
Yoongi caminó hacia el ruido, a su vez el olor se intensificaba. Encontró junto al arbusto una cantidad escandalosa de sangre. Su estomago se revolvió. El olor quemaba en sus fosas nasales mareandolo. Sacó su lampara y observó el rastro de sangre adentrarse al bosque. Lo siguió viéndolo perderse a menos de cien metros. Forzó su audición, escuchó el movimiento de hojas pizadas, como si corriera a unos metros de dónde estaba él. Lo siguió ciegamente, solo guiado por el putrefacto olor, el sonido de hojas y ramas romperse, y su visión nocturna propia de su especie. Calculó el siguiente movimiento y cambiando con rapidez embistió contra el cuerpo.
Un ser hetereo estaba debajo de él. Incluso más blanco que él mismo. Ojeras moradas adornaban su piel. Una sonrisa cruel se dibujó en sus labios.
-Bajate de mi maldito perro- Yoongi gruñó mostrando sus colmillos. Observó en el brazo con el que intentaba aventarlo, la marca de una mordida sanada casi por completo. Sin dudarlo ni un segundo iba a rasgar su garganta hasta que el grito inconfundible de Jimin le distrajo. El ser lo aventó con una fuerza sobrehumana, aprovechando la distracción y corriendo.
Yoongi sin dudarlo, lo dejó escapar y corrió hacia Jimin aun en forma lobuna. Apenas ahí se dio cuenta de la lejanía en la que se encontraba. Tardó aproximadamente tres minutos para llegar hasta la mansión y ayudandose de las estructuras del jardin logró saltar hasta la ventana de Jimin y romperla.
