Había tenido un sueño sumamente extraño, era como si su alma hubiera salido de su cuerpo y viajado a quien sabe donde, no era un sueño lucido puesto a que no podría controlar sus actos, era algo más. Sacudió su cabello aún somnoliento abriendo lentamente sus ojos solo obtenido una borrosa vista.
En un principio pensó que solo era por acabar de despertar pero pronto se dio cuenta que su vista no mejoraba en absoluto, giró la cabeza de lado a lado, forzando la vista lo más que pudo; logró ver una silueta que se asemejaban a unos lentes y con torpeza los tomó. El cuarto comenzó a tomar forma y claramente no era su habitación, se levantó rápidamente hasta el espejo y se encontró con algo jodidiamnete extraño.
Estaba en el cuerpo de Tsukishima Kei.
Un celular comenzó a sonar, alguien estaba llamando desde...¡¿su celular?!.
- ¡¿Kageyama?! —Escuchó su voz desde el otro lado— ¡¿Esto es una broma?!
- ¡Eso quiero saber yo! —Estaba hablando con la voz de Tsukishima—¡¿Por qué estoy aquí y tú allá?!
- Escucha —Dijo intentado recuperar la compostura— ¿Soñaste algo raro anoche?
- Sí, entonces tú también...
- De alguna manera nuestras almas se intercambiaron mientras dormíamos —Lo dijo como si aquello fuera lo más normal del mundo— Asumo que la manera de regresar a la normalidad también debe ser mediante un sueño.
- ¿Y cuándo crees que tengamos ese sueño?
- Yo que sé —Dijo con fastidio— Pero espero que pronto, no tolero esta apariencia.
- Soy mucho más atractivo que tú —Renegó.
- Ahora sí, porque estas en mi cuerpo —Se burló.
- Idiota —Dijo entre dientes— ¿Que le diremos a los demás?
- No podemos decirles sobre esto, nos tomarán por locos.
- Pero tenemos que decirles.
- Claro, obviamente creerán que nuestras almas se intercambiaron mientras dormíamos, se oye súper creíble —Dijo sarcásticamente.
- ¿Entonces qué sugieres? No esperes que actúe como tú hasta que esto se resuelva.
- Pues temo decirte que no hay de otra, mientras esto se soluciona tenemos que evitar que él resto lo sepa, no quiero que sepan que en algún momento fui tú.
Una voz femenina llamó desde afuera —Kei, ven a desayunar que se te hará tarde.
- ¿A-aaah? ¡S-sí! —Susurró— Es tú madre, quiere que vaya a desayunar.
- Bien, entonces hablemos más tarde y por favor —Puso énfasis— No me avergüences.
- Lo mismo digo —Alcanzó a decir antes de colgar.
Bajo hasta la cocina en donde se encontraba un ocupada ama de casa acomodando la comida en la mesa. El desayuno fue incómodo a más no poder, estuvo teniendo una cortante conversación con una mujer que no era su madre.
Después de desayunar se arregló, cada que se veía en su reflejo, deseaba con más y más ansias que aquello solo fuera un mal sueño.
- Felicita a Tadashi —Fue lo último que le dijo al momento de salir de casa, cosa que lo dejo algo confundido.
Camino tranquilamente hasta que una voz familiar captó su atención.
- ¡T-sukki! —Corriendo, lo alcanzo un cansado pecoso— Tsu...kki —Dijo intentando recobrar la respiración.
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Lo que nunca te pude decir [YamaYama]
Hayran KurguKageyama y Tsukishima intercambiaron cuerpos.