Namjoon ama viajar, cualquier atisbo de aventura y descubrimiento basta para que empaque maletas y emprenda vuelo, el turno esta vez es para Rumania en donde encontrará más que recuerdos y souvenires; cuando el pasado le habla y busca salir a la luz...
Namjoon se siente como un niño en una dulceria, sus manos cosquillean por la emoción y sin avisar abraza a Seokjin y le da vueltas en el aire. Cuando se da cuenta de la incomodidad del otro lo suelta y se disculpa para tomar la maleta y correr con ella a su cuarto y cerrar la puerta dejando atrás a un confundido Seokjin ¿que acaso Namjoon no lo había dejado con el corazón roto en aquel aeropuerto, ya hacía tantos años? Sin mirar atras Jin fue a su propia habitación, su cabeza era un lío, al menos Namjoon iba a estar entretenido, sin más se quedó dormido.
Namjoon llevaba mas de una hora mirando el equipaje sin atreverse a abrirlo, todas las respuestas parecían estar allí, no tenía idea de que iba a encontrar, estaba asustado y su corazón no había dejado de latir fuertemente desde que sostuvo a Jin en sus brazos, ahora resultaba que el hombre que todavía hacía estragos en su cabeza y claramente en sus pantalones era un descendiente directo de su nueva obsesión investigativa, ¿cómo carajos iba a obtener respuestas? Decidió tomar una ducha para despejar su mente y aunque se quedó limpio recordó que su ropa estaba en la pensión se pegó en la frente y se puso una bata, decidido abrio la maleta para encontrar un montón de carpetas y un maletín de cuero.
Había sacado las carpetas para ver cuando unos golpes en la puerta llamaron su atención, al abrir se encontró a Seokjin con una adorable pijama de alpacas y una bandeja con chocolate caliente y galletas —No estaba seguro de si habías comido algo, así que te traje esto— Namjoon enrojecio y recibió la bandeja, sin pedir permiso Seokjin entro a la habitación y se paró frente a la maleta, fijando su vista en las carpetas —Ahí no hay nada más que recibos, lo que tal vez te interese está en el maletín— Namjoon caminó y con temor abrió el maletín que estaba lleno de fotografías, habían mas de 200 estaba seguro, agarró una galleta y la metio a su boca, Seokjin le explicó que hace bastantes años las encontraron cuando estaban reformando el hotel y el y su hermano Jihoon las habían recolectado pero nunca las organizaron y ahora talvez allí encontraría una respuesta al enigma de aquellos chicos.
Namjoon empieza con el arduo trabajo de clasificar aquellas fotografías, pero está incómodo por la bata además con Seokjin allí no puede despatarrarse a gusto o desnudarse —oye, de pura casualidad ¿tienes algo que pudiera usar para dormir? Deje mis cosas en otro lugar y... Seokjin salió y volvió unos minutos después con una camiseta y unos pantalones de algodón y antes de irse Namjoon le ofreció quedarse para ayudar a clasificar las fotos pero Seokjin muy educadamente rechazó su propuesta. Volviendo a su tarea Namjoon sacó las fotos y las puso en el suelo rápidamente pudo empezar a acomodar las fotografías boca arriba, cuando terminó era más de media noche y se dispuso a descansar, sólo que le costó bastante se quedó mirando a la ventana y se preguntó cuantas veces Park Jimin había hecho lo mismo hacía cien años y cómo el nombre y el misterio de aquel muchacho desconocido lo habían vuelto a poner al lado de Kim Seokjin aún no lograba entender del todo la fascinación que sentía por desentrañar la historia de aquel par de chicos pero confiaba en su instinto, su lugar en ese instante era justamente en el que se encontraba y con aquel pensamiento se quedó finalmente dormido.
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Kimchicitos, cortito pero sustancioso, quiero saber que piensan hasta ahora, espero que les guste y aquí les dejo un Namjoon cumpleañero 💖
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