𝕾𝖎𝖓 𝖇𝖚𝖘𝖈𝖆𝖗𝖙𝖊 𝖙𝖊 𝖊𝖓𝖈𝖔𝖓𝖙𝖗𝖊́

𝕮𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 28

~Narra Cepeda~

Aitana: no es mi madre ¿sabes? – me apoyo en la ventana sacando otro cigarro mientras la escucho atentamente – mis padres se separaron cuando yo tenía un año más o menos – expulsa todo el humo que tiene en sus pulmones como si de una piedra que se acabara de quitar de encima se tratase – mi madre nos abandonó – y ahí es cuando me miró
Cepeda: lo siento mucho yo no lo sabía…
Aitana: no tienes que sentir nada, mi padre y yo estábamos genial solos, a nuestro aire y era el mejor padre del mundo hasta que llegó esta zorra – volvió a mirar al cielo sin punto fijo – con el paso de los años mi padre enfermó, cáncer – suspira inhalando una buena cantidad de humo y haciendo una pausa
Cepeda: oye – dije acariciándola el brazo – no tienes que contarme esto si no quieres ¿vale?
Aitana: quiero hacerlo, necesito hacerlo – dijo mirándome con las lágrimas cayendo por su rostro
Cepeda: en ese caso adelante pero no te sientas obligada ni forzada ¿vale?
Aitana: cuando yo tenía diez años mi padre falleció y como se habían casado Aurora pasó a ser mi tutora legal y de esa forma la única persona que me quedaba – se gira para mirarla y puedo ver en sus ojos el odio con el que la mira – a los pocos meses me encerró aquí porque según ella la daba mucho trabajo, un trabajo que no la pertenecía porque al fin y al cabo no soy su hija ni nunca lo seré por lo que después de que me intentara suicidar porque no paraba de hacerme la vida imposible y porque pensaba que era la forma de encontrarme con mi padre, acabé aquí dentro, hasta hoy – y ahí es cuando me mira, pero me mira a los ojos – y si, antes de que lo preguntes, he dejado de comer, no quiero estar aquí y menos bajo la tutela de esta por lo que pensaba suicidarme, pero esta vez enserio porque yo ya no puedo con esto - esto último al decirlo se la aguan los ojos y desvía la mirada para que no me dé cuenta
Cepeda: suicidarse no es la mejor opción
Aitana: no hay más opciones
Cepeda: si hay más opciones Aitana – dije esto mirándola a los ojos al tiempo que ella negaba con la cabeza
Aitana: no tengo a nadie dentro, a nadie fuera, ni en nadie en quien pueda confiar, para eso es mejor acabar con todo y ya está, si total nadie se va a dar ni cuenta de que ya no estoy
Cepeda: yo si me voy a dar cuenta
Aitana: se te pasará rápido – dicho esto salió del despacho dejándome con la tal Aurora esta doblada en dos en el suelo y sin saber que narices va a hacer Aitana ahora mismo cosa que a decir verdad me aterra un poco
Llamé a una ambulancia y media hora después se estaban llevando a la que es la tutora legal de Aitana. En lo poco que he podido hablar con ella me ha dicho que no va a decir nada, que no quiere más líos con ella y la verdad es que se lo agradezco porque ya lo que la faltaba era que la denuncie o algo así
~Narra Aitana~
Cuando me fui dejando a cepeda con la palabra en la boca la verdad es que no sabía ni a donde ir por lo que dejé que mis pies me guiaran y fui vagando por los pasillos hasta ir al lugar que menos me imaginaba, a la habitación de Sergio