𝕮𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 35

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~Narra Cepeda~

A los pocos minutos salgo cerrando la puerta tras de mí y me la encuentro en una esquina, sentada y con la mirada perdida por los pasillos
Cepeda: me siento a su lado y ni se inmuta - ¿Qué te pasa? – no tengo ninguna esperanza en que me conteste, con ningún profesor ha dicho nada así que – venga Aitana sabes perfectamente que yo solo quiero ayudarte, ¿no te sentiste mejor al contarme lo de aurora y tu padre?
Aitana: por tu bien ni se te ocurra nombrar a mi padre – dicho esto se levantó y entró en clase

~Narra Aitana~

En cuanto me senté cabreada en mi sitio me sentí mal por hablar así a Cepeda pero tampoco iba a salir a pedirle perdón por lo que saqué mis cosas y me puse a intentar hacer los ejercicios que había mandado. Al rato entró él con unas fotocopias en las manos. La clase concluyó tiempo después sin ninguna otra novedad pero cuando sonó la campana todo el mundo salió escopetado hacia el recreo pero como a mí no me hace ni pizca de ilusión que llegara este momento lo iba retrasando lo máximo posible recogiendo lo más lento que era capaz y de esa forma estar sola menos tiempo en una esquina del enorme patio de este internado pero claro como era de esperar Luis no se movió de la mesa hasta que terminé de recoger y como ya me imaginaba no me quitaba ojo
Cepeda: ¿puedes quedarte un momento? Tengo algo que proponerte – suspiro consciente de que aunque me lo haya dicho como pregunta realmente no tengo alternativa  así que dejo la mochila en el suelo y me siento en la mesa mirándole – sé que no estás bien, si no quieres contármelo no me lo cuentes pero o me lo cuentas a mí y te dejas ayudar o vas derechita a la psicóloga de colegio
Aitana: no me amenaces
Cepeda: no es una amenaza, es una realidad
Aitana: ya claro
Cepeda: Aitana estamos preocupados por ti, sabemos que no estás bien y todos los profesores han intentado hablar contigo y te has negado así que por favor dame una oportunidad y déjame que te ayude
Aitana: nadie puede ayudarme
Cepeda: como que no
Aitana: pues no – dije cruzándome de brazos
Cepeda: vale pues no, ¿te cuento yo algo y luego tu a mí? – me encojo e hombros, se que lo va a hacer si o si así que

𝕾𝖎𝖓 𝖇𝖚𝖘𝖈𝖆𝖗𝖙𝖊 𝖙𝖊 𝖊𝖓𝖈𝖔𝖓𝖙𝖗𝖊́Donde viven las historias. Descúbrelo ahora