𝕮𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 51

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~Narra Aitana~

El susto que me llevé al notar como alguien me cogía la pierna juro que no podía ni describirlo con palabras pero cuando giré la cabeza y vi que era la mano de Luis la que se había aferrado a mi tobillo una calma interior me recorrió haciendo que mis pulsaciones se aceleraran más aun y acercándome a él con mucho cuidado
Cuando le quité muy despacio, siguiendo órdenes de Belén obviamente, la mano de mi tobillo se movió incómodo y gruñó algo que no fuimos capaces de descifrar
Aitana: shhh soy yo – dije cogiéndole la mano entre las mías y dándole un beso en la frente aun mojada por los paños que acaban de quitarle para cambiárselos
Belén: Luis, ¿nos oyes?
Aitana: ven háblame – dije acercándome a él al notar que intentaba decir algo que no lograba que saliera de su garganta
Cuando me acerqué con la mano que tenía libre le acaricie la mejilla mientras acercaba mi oreja a la boca de Luis para que me dijera lo que estaba intentando decir pero no era capaz
Cepeda: que sí que quiero que durmamos abrazados – dice en apenas un susurro
Aitana: LUISSS – dije levantándome de golpe al comprender que quería decirme lo que provocó una sonrisita, pequeña pero sonrisa por su parte que me hizo la persona mas feliz de la sala
Belén: que ha dicho
María: seguro que alguna guarrada porque vamos – dice riéndose
Aitana: pues casi – dije riendo y abrazándome a Luis que aun seguía sin poder abrir los ojos y sin soltarme la mano
A la media hora conseguimos que abriera los ojos y que hablara un poco aunque se le notaba dolorido y cansado por lo que me senté a su lado y le acaricié la frente bajando por la nariz y la barba
Cepeda: mmmmmm – dijo cerrando los ojos ante mis caricias
Aitana: duerme un poco anda – dije mientras le seguía acariciando la cara como a un bebé
Cepeda: pero prométeme que dormimos junros – dijo sin abrir los ojos
Aitana: te lo prometo torpillo mío – al darme cuenta de lo que acaba de decir y delante de quien lo acaba de decir miré a Roi muerta de vergüenza

~Narra Aitana~

Roi: no te preocupes si lo sabemos todos – dice riéndose
Aitana: aiixx joo – dije poniéndome roja y Luis, que por supuesto lo estaba escuchando todo, no podía borrar esa sonrisita burlona de su rostro
María: mira al otro – dice riéndose al ver la cara de su hermano
Pasamos el resto de la tarde entre risas, bromas y juegos y cuando llegó la hora de la cena mi madre, mi hermano y maría se fueron al hotel porque aquí no había espacio para todos y porque mañana por la mañana saldría el vuelo temprano para que volvieran a su casa
La verdad es que cuando se fueron me entró un bajón al pensar que a lo mejor no los volvía a ver en un año o simplemente el pensar que estarán a cientos de kilómetros de mí y que ni siquiera puedo abrazar a mi madre, a mi verdadera madre a la cual he cogido un cariño que no me esperaba ni yo en una sola tarde
Cepeda: que piensas enana – dijo Luis sentándose a mi lado y estirándome las piernas hasta ponerlas encima de sus piernas ya que estaba hecha una bolita en una esquinita

𝕾𝖎𝖓 𝖇𝖚𝖘𝖈𝖆𝖗𝖙𝖊 𝖙𝖊 𝖊𝖓𝖈𝖔𝖓𝖙𝖗𝖊́Donde viven las historias. Descúbrelo ahora