𝕮𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 32

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~Narra Cepeda~

Cepeda: ¿sí?
X: Luis
Cepeda: ¿Aitana?
Aitana: si
Cepeda: que pasa, deberías estar en clase
Aitana: donde estás
Cepeda: en Galicia por que
Aitana: ¿te han echado?
Cepeda: obviamente no
Aitana: ¿entonces?
Cepeda: mi madre está en el hospital y estoy aquí con ella
Aitana: ah
Cepeda: que pasa Aitana
Aitana: nada
Cepeda: mientes fatal
Aitana: cállate – dice riendo
Cepeda: venga dime que pasa anda
Aitana: nada que te necesitaba pero no te preocupes
Cepeda: ¿para qué me necesitas tú? – y sin poder evitarlo una sonrisa se plasmó en mi rostro

~Narra Aitana~

Cuando Luis me preguntó eso la verdad es que no supe muy bien ni que decirle, no sabía si decirle la verdad, inventarme una excusa o hacer como que no había oído la pregunta
Aitana: ehhh para nada nada
Cepeda: y por qué lo dices – dice riendo a lo que provoca que me saga una sonrisita
Aitana: te crees el centro de atención ¿eh? – digo riendo
Cepeda: pero si lo has dicho tu
Aitana: pero no hablaba contigo – le digo sin poder evitar reírme
Cepeda: no que va mentirosilla
Aitana: ay que no Luis enserio déjalo – digo riéndome
Cepeda: bueno vale, para que me has llamado entonces – y ahora que le contesto
Aitana: porque… bueno porque no se jo Luis no me estreses que solo quería saber si estabas bien – dije rápido y riéndome al final de la frase por lo estúpido que suena
Cepeda: tranquila por aquí todo va bastante bien, ¿por allí todo bien?
Aitana: si – dije cuando vi a Ana entrar en el cuarto – tengo que dejarte, llámame cuando tengas un rato
Cepeda: vale Aitana, cuidaos por allí
Cuelgo y tiro el móvil al otro lado de la cama
Ana: hola Aitana, que tal
Aitana: bien
Ana: ¿podemos hablar?
Aitana: parar que
Ana: Aitana tenemos que
Aitana: no Ana, – dije cortándola- no tenemos que hablar de nada porque lo que viste no era mío
Ana. Y entonces que era
Aitana: nada, olvídalo y punto
Ana: no Aitana, no voy a olvidarlo
Aitana: por qué si es una tontería
Ana: quieres que lo olvide, pues lo haré pero me tienes que contar la verdad sobre tu familia y tu pasado, solo así podré ayudarte
Aitana: nadie te ha pedido que me ayudes
Ana: vamos Aitana no seas cabezona, necesitas contarlo y que te ayuden
Aitana: yo no necesito la ayuda de nadie
Ana: si necesitas ayuda
Aitana: TU QUE SABRÁS LO QUE YO NECESITO O NO – me está cabreando
Ana: no me grites, sé que aurora no es tu madre
Aitana: a ti que más te da
Ana: quien es
Aitana: no te interesa
Ana: vale pues nada pero despídete de tu intimidad porque no vas a entrar sola al baño ni para cagar tenlo claro, no voy a permitir que te quites la vida pudiendo solucionar lo que sea que te pase
Aitana: quien te ha dicho que vaya  a hacerlo
Ana: hombre las cuchillas que había en el baño algo decían ¿eh?

𝕾𝖎𝖓 𝖇𝖚𝖘𝖈𝖆𝖗𝖙𝖊 𝖙𝖊 𝖊𝖓𝖈𝖔𝖓𝖙𝖗𝖊́Donde viven las historias. Descúbrelo ahora