𝓒𝓪𝓹𝓲́𝓽𝓾𝓵𝓸 𝟑.

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Catra llegó corriendo hacia la casa de Shadow Weaver, debido a que ya había oscurecido y había salido muy tarde del instituto porque tuvo que quedarse arreglando unas clases como castigo por golpear a una de sus compañeras.

No avisó de su llegada solamente puso sus zapatos a un lado y caminó hacía la cocina al escuchar a alguien, Shadow Weaver estaba horneando algo con Adora.

La mujer mayor se encontraba detrás de Adora, manejando sus manos para enseñarle correctamente como darle forma al pan que estaban haciendo.

No era la primera vez que ellas hacían algo así, pero Catra no entendía por qué aún la mujer insistía en enseñarle de esa manera como darle forma al pan.

- A ver, Adora, parece que no entiendes bien -Shadow apoyó sus manos en las caderas de la menor y la movió levemente para continuar ella misma.

- Buenas noches -Adora al verla sonrió y corrió hacia ella para abrazarla.

- ¿Cómo te fue?

- ¿Limpiando pisos? Seguro de maravilla, que es para lo único que va a servir toda la vida -se burló sin voltearla a ver la mujer mayor.

- Me fue bien, Adora, pero estoy cansada, vámonos a dormir, ya -le dice tomándola de la muñeca para sacarla de la cocina.

- Adora esta ocupada, no va a ir a dormir, aún, vete a la cama y déjanos en paz o haré que duermas en la calle -le advierte esta vez dirigiéndole una mirada seria.

- No, por favor, no le haga eso a Catra, ella solo esta cansada y yo también, por favor -le suplicó la niña de 12 años, rápidamente abrazándola por la cintura.

- Las cosas nunca deben dejarse a medias, mi pequeña -le dijo acariciando su espalda.

- Por favor -suplicó en un tono débil.

- Esta bien, pero solo hoy, ¿entendido? -Adora afirmó sin dudar y cuando estaba dispuesta a irse, Shadow Weaver tomó las pequeñas mejillas entre sus manos y besó la frente de la menor.

Catra y Adora temblaron por el gesto, sin embargo, ambas lo hicieron por razones totalmente diferentes; la envidia y el miedo.

El reloj marca las siete de la mañana, el Sol esta fuerte y entra en cada ventana, Catra ya esta terminando de alistarse para salir, acomoda su cabello frente al espejo de la sala y luego se dirige a los muebles a tomar su bolso, el cual tiró la noche anterior, ahí.

Se detuvo al notar a Shadow Weaver detrás de ella, demasiado temprano como para ser normal, además de tener su vista centrada en la más joven.

- ¿Qué, decidiste que hoy me quieres dar los buenos días? -comenta sarcásticamente y camina a tomar su bolso.

- Me preguntaba si irías a la ceremonia de los títulos -dijo bebiendo de una botella de alcohol, directamente-. Será en una semana.

- ¿Para qué? Escuchar un montón de palabras y luego verme obligada a abrazar a una bola de farsantes, yo pasó -responde sin más-. La única razón por la que pensaba asistir era Adora, lo demás puedo recogerlo en la administración.

- Adora estará decepcionada si no vas -Catra no respondió nada a su comentario-. Me enteré de que no seguirás estudiando.

- Conseguí el diplomado... -responde tranquila.

- Podrías sacar más títulos, tienes una buena beca -Catra fingió buscar algo en su bolso para mostrarse desinteresada, sin embargo la escuchaba atentamente.

- ¿Te importa ahora mi beca? -se ríe-. Sé lo que quieres, pero ya es hora de que nos vayamos, me llevaré a Adora y no lo podrás evitar.

- Yo no... -hace un mal gesto y bebe más de su botella-. Cuando ella despierte va a necesitar mucha atención y tiempo para recuperar su movilidad -dice rápidamente.

- Lo sé, Shadow, lo sé -contesta molesta apunto se irse.

- Si decides dejar de estudiar y empezar trabajar a tiempo completo no podrás atender bien a Adora, yo puedo cuidarla si decides seguir estudiando.

- Oh claro, tú, tu sin duda vas a cuidarla bien -responde irónicamente y con un poco de asco en su voz.

- No pretendo... -se detuvo al sentir a la chica tan cerca, con sus puños cerrados-. Contrólate.

- No pretendo hacerte daño, Shadow -dice con una sonrisa de lado, divertida por haber terminado la frase de la mujer-. Deja de molestarme, me voy al trabajo.

- Deja tus malditos berrinches por un minuto, tienes que pensar en lo mejor para Adora, no vas a poder cuidarla, no así -responde Shadow totalmente molesta.

- ¿Crees que vas a ser mi mejor opción, entonces?

- Soy tú única opción -responde altanera.

- Olvídalo -contesta Catra.

- Piénsalo, puedes darme tú respuesta en la noche -sugiere antes de salir.

- Ya tengo un plan y no estás en el, vieja desgraciada -siseo Catra para si misma y salió por fin de camino al hospital.

Aún faltaba un poco para poder entrar el trabajo, así que lo importante en las mañanas, es su chica.

Cuando llegó al hospital, le entregaron la lista de visitas, pues llevaban un registro continuo de quienes entraban y salían a ver un paciente, su sorpresa fue grande al ver el nombre de Glimmer, se anota sin decir nada y camina rápidamente a la habitación de Adora.

- ¿Qué, demonios, crees que haces aquí? -pregunta al verla salir de la habitación.

- Vine a ver a mi amiga -contesta apunto de rodearla e irse, pero Catra la empuja contra la pared.

- Ni siquiera te da vergüenza, bueno, ¿qué se supone que esperé de un ser tan asqueroso como tú?

Glimmer aleja a Catra de ella con un gesto de dolor, pues la había estrellado en la pared con mucha fuerza.

- Tengo todo el derecho de visitar a Adora, como tú la visitas -contesta ignorando sus ofensas, pues sabía que Catra estaba muy mal.

- ¿Quieres saber cuales son los verdaderos derechos que tienes? -pregunta acercándose para acariciar la mejilla de Glimmer, causando una confusión en ella-. Podemos empezar por decir que tienes el derecho a pegarte un tiro en la boca -comenta abriendo los labios de Glimmer a la fuerza, clavado sus uñas en las mejillas de está.

- ¡Arg, sue...! -la empuja y empieza a frotar sus mejillas-. ¡Estás loca!

- No grite, es un hospital -la regaña una doctora que venía saliendo de una de las habitaciones.

- Si, ya es suficiente alboroto, debería darte vergüenza -dice Catra seriamente logrando que la doctora vuelva a ver a Glimmer fijamente para entregarle una negación de cabeza, en lo que camina por un pasillo contrario.

- Eres una idiota -responde molesta y apresura su paso para irse de ahí.

La morena decidió solo dejarla irse y entro en la habitación para poder ver a Adora, la cual mantenía su rostro sereno y la máquina de sus latidos se mantenía en calma.

- Necesito que despiertes pronto, te aseguro que uso toda mi fuerza de voluntad para no arrancarle ese nido de pájaros colorido que se carga en la cabeza -suspira y se sienta al lado de la cama para tomar su mano-. Hoy Shadow me propuso quedarnos en su casa, no te asustes, no aceptaré, te aseguro que tengo todo planeado, vamos a estar en un lugar seguro. Sé que suena muy... -se detuvo al ver como Adora movió su mano y dio un salto de la sorpresa-. ¿Me oyes, Adora?

𝓖𝓻𝓪𝓬𝓲𝓪𝓼 𝓹𝓸𝓻 𝓵𝓮𝓮𝓻 𝔂 𝓬𝓸𝓶𝓮𝓷𝓽𝓪𝓻

Todo es tu culpa [Catradora| AU Moderno]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora