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—Eres aún más lindo de cerca. —Dijo el pelimorado estando a solo unos centímetros de distancia de su alumno.

Aún cuando su mente le gritaba que debía irse de allí algo le decía que debía quedarse para saber que podía pasar, aunque también no se retiraba por el nerviosismo que tenía en ese momento evitando que lograra mover alguna parte de su cuerpo.

—¿No piensas decir nada?—Está vez hablo sobre sus labios haciendo que ambas respiraciones se combinarán.

—E-Es que... Mng~ —No pudo evitar gemir al sentir el tacto sobre su abdomen, ni siquiera se había dado cuenta en el momento en el que Mingi logró colarse entre su ropa. —Honggie, necesitas clases privadas. —Lo cargo haciendo que el pequeño cuerpo se aferra al suyo.

—¿Puede ser mi profesor?—Aún no sabía de donde había logrado obtener la fuerza para hablar tan fluidamente pero eso era lo de menos en ese momento. —Con gusto, bebé. —Estampó sus labios con los del pelirrojo, el ritmo que llevaba era torpe y al parecer sin experiencia pero a Mingi no le importaba en lo más mínimo, tenerlo a su total disposición era lo mejor.

Comenzó a retirar con delicadeza la ropa del menor mientras lo acostaba sobre el sofá así quedado encima de él sin aplastarlo, únicamente se separaban para recuperar oxígeno pero volvían a unir sus labios en un beso que cada vez aumentaba de intensidad.

Cuando el torso estuvo descubierto lo palpó como si quisiera recordar cada centímetro de aquel perfecto cuerpo.

—Eres precioso. Siplememte Arte. —Los mofletes de Hongjoong se encendieron pero la vergüenza en ese momento parecía no existir para ninguno de los dos. Con movimientos torpes comenzó a retirar la ropa del contrario hasta que ambos quedaron solo en boxer.

—Soy todo suyo. —Así fue como se dejó a la merced de Song, era la primera vez que sentía de esa forma, quería entregarse de todas las maneras posibles ante aquel hermoso hombre.

El pálido no espero dos veces, accedió rápidamente para volver a besarlo esta vez bajando los besos hasta cuello, clavículas y aquellos dos botones cafés succionando y mordiendo con algo de fuerza viendo cómo se retorcía de placer cada vez que hacía eso.

Se alejó de él mientras comenzó a quitar aquella última prenda que en esos momentos estorbaba así dejando a un Hongjoong totalmente desnudo. Con su mirada recorrió cada parte de este mientras miraba como aquel se sonrojaba por la manera en la que era observado, debían estar a la par así que el mismo quitó su boxer.

Hongjoong se relamio los labios al ver todo el cuerpo del mayor hasta que su mirada se quedó en el pene de su mayor... Era grande. En ese momento sintió la necesidad de tocarlo y sobre todo poder probarlo.

—Honggie quiere leche. —No estaría conforme hasta tenerlo en su boca. El mayor se acercó para dejar su gran erección a la altura del rostro del peliazul. El antes nombrado tomó con sus manitas el falo subiendo y bajando lenta y torturozamente viendo al mayor a los ojos. Acercó su lengua hasta la punta para después engullirlo en su cavidad bucal.

"Mierda, es tan grande. F por mi garganta. "

Pensó al darse cuenta que no podía ingerir todo, por lo mientras el contrario se sentía tan impaciente ya que los movimientos eran lentos. Tuvo que tomar mechones de cabello rojos para poder embestir su boca ganando sonidos de orcadas porque este llegaba hasta su garganta. Varios minutos después se corrió haciendo que tragara todo su semen dejando que solo unas gotas salieran por la comisura de sus labios.

—Recuerda que no debes morder... Pero ya irás mejorado. —Habló una vez que su pene estuvo fuera de la boca de Hongjoong, se acercó dejando un casto beso. Ahora era el momento de enseñarle algo nuevo.

Hizo que el pelirrojo recargara su pecho sobre el respaldo del sillón dejando alzado aquel voluminoso trasero, lo masajeó cuidadosamente hasta que lo abrió dejando a la vista aquella rosada entrada. Pasó un dedo sobre aquel lugar estremeciendolo, acercó su rostro y dejó un beso sobre cada glúteo.

—Necesito que te relajes. Serás castigado si desobedeces. —Hongjoong únicamente asentía, esperando a lo que haría, esperaba que Mingi hiciera lo mismo que él le había hecho, pero su sorpresa fue mayor al sentir como un líquido resbalaba por su agujero para luego sentir como algo entraba allí.

—¿¡Qué!? ¡DUELE DUELE DUELE DUELE!—Se removió en su lugar tratando de que aquello no siguiera entrando pero unas fuertes manos lo sostuvieron.

—Me has desobedecido... Mal niño. —Una estruendosa nalgada fue depositada en el glúteo izquierdo.

—¡Ah!—Chilló de dolor y un picor sobre la zona golpeada se presento.

Recibió un golpe más en el mismo lugar, era doloroso pero no podía negar que también le gustaba. La confianza en él volvió. —Honggie será un buen niño.

—Asi me gusta. Si te relajas no dolerá tanto, confía en mí... —Tomó un poco más de lubricante, lo puso sobre sus dedos y volvió a intentar. Cuando el primer dedo estuvo dentro, lo metió y lo saco con lentitud dejando oír algunos sonidos de dolor, cuando creyó que podía resistir aumento otro, hizo movimientos circules y de tijeras para lograr dilatarlo mejor, los que antes eran quejidos de dolor poco a poco se volvían jadeos. Finalmente un tercer dedo fue agregado moviendolos rápido en el interior del menor haciendo que incluso este buscará más y eso lo podía deducir por el movimiento de caderas que comenzó a hacer.... Estaba listo.

Recibió un reclamo por sentirse tan vacío al no sentir algo dentro de él. Sintió como era jalado hasta ponerse de pie para luego ser dirigido hacia la pared. Mingi lo inclinó haciendo que la mejilla del contrario quedará pegada sobre aquella superficie y su bien dotado trasero quedará a su disposición.

Coloco lubricante sobre su pene, se colocó detrás de él posicionando su nuevamente erección en la entrada del menor. Metió y sacó su glande repetidas veces, ahora quién estaba cargado de deseo era Hongjoong. Con su mano tomo aquel trozo de carne y empujó su cadera atrás tanto como pudo sintiendo como lo llenaba.

—¡Mierda! ¡Si!—Mingi no reclamaría, si no había entrado de aquella manera era para no hacerle daño pero ya que Hongjoong había tenido la iniciativa no era algo de lo que se quejaría. El chapoteo de pieles se podía oír por toda la sala al igual si los gemidos de ambos que se combinaban en uno solo. Sus testículos golpeaban la piel haciendo que el sonido hiciera aún más erótico el momento.

—¡Ahhh~!—Varios azotes más fueron proporcionados en las nalgas de Lee dejándolas con un color rojo, pasó su mano para comenzar a mansturbarse tan rápido como pudiera hasta que logró llegar al clímax haciendo que su semen manchara la pared y parte de su mano.

El pelimorado gruñó al sentir como su pene era apretado aún más por aquella cavidad, era la puta gloria estar dentro, bastaron unas embestidas más hasta que llegó a su tan deseado orgasmo liberándose totalmente dentro de él. Salió cuidadosamente para no lastimarle quedándose embobado de ver como su semen bajaba por las piernas de Hongjoong. Se sentía orgulloso de ello.

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