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Ya habían pasado por lo menos 15 minutos desde que dejó de ver el coche de Mingi, aún se encontraba parado mirando a la nada, ¿por qué se sentía de tal manera? Sentía que había hecho algo mal.

—¿Vas a quedarte ahí o irás a buscarlo?

—¿¡Qué!? Yeosang, ¿qué haces aquí?—Ni siquiera había notado que su amigo estaba allí ¿Hace cuánto estaba junto a él?

—No pude quedarme tranquilo así que vine a cerciorarme de que estabas bien pero por lo que veo estabas más que bien. ¿Por fin te dijo que le gustabas?—Cuestionó como si fuese lo más normal del mundo.

—¿¡Qué!?—Sus mejillas se volvieron rojas. —¿T-Tu como sabes eso?

—Duh, eso es obvio. ¿Acaso nunca lo notaste? ¡Hongjoong! ¿Acaso fuiste el único que no noto que Mingi...

—¡Cállate tonto!—Puso su mano en la boca para evitar que siguiera hablando y que todos en su vecindario se enteraran.

—Jdhdjsisbsks qowksjs jquqjsbs—Dijo Jisung mientras movía su cabeza asintiendo. Hongjoong quitó su mano.

—¿Qué dijiste?

—Nada, solo necesitaba que quitarás tu mano de mi boca. —Sonrió mientras se alejaba un poco de él para que le permitiera hablar de nuevo.

—¿Cómo sabías que a Mingi le gustó? ¿Él te lo dijo?.

—De hecho jamás me lo dijo, no me diría ese tipo de cosas, lo deduje y acerté. —Sonrió victorioso al dar con la razón por la cual todos estos días había estado tan distraído su amigo.

<3

Paso el día, Hongjoong entró a su casa después de que Yeosang le saco toda la información, pero siempre omitiendo lo que había pasado en casa de su maestro, le daba pena, además de que si le contaba sería molestado por el resto de su vida.

—¿Qué hago?—Comenzó a darse una ducha, tenía una idea pero si no funcionaba quedaría como un total idiota.

Planeo lo que debía hacer, no sabía si resultaría como lo estaba pensando pero intentar no haría mal.

—Mamá, voy con Yeosang. —Aviso a su madre mientras tomaba sus llaves.

—Me saludas a su mamá y también a Sang. —No cuestionaba más acerca de que su hijo se quedará en casa del pelirrojo ya que lo conocía y varias veces se había quedado con él.

Kim camino hasta salir de casa, ya había atardecido y estaba a punto de anochecer, se alejó poco a poco pero sin tomar el camino que llegaba a la casa de su mejor amigo, iría a casa de alguien más.

Tardó varios minutos de caminata hasta que estuvo frente a la puerta de aquella persona. —Aqui vamos. —Limpió sus manos contra su pantalón ya que sentía que estaba sudando pero en realidad sus nervios le hacían sentir eso.

Tocó el timbre pero nadie abrió después de un rato, comenzó a creer que no había nadie, volvió a tocar dos veces más pero nada.

—Creo que no hay nadie. ¡Maldición!—Se dió la vuelta dispuesto a irse.

—No debes decir groserías. ¿Qué pensaría tu madre si te escucha hablar así?

El pelirrojo volteo inmediatamente al oír esas palabras pero no contesto, en ese momento creyó que era una mala idea estar en casa de Mingi.

—C-Creo que debo irme. —Sentia que sus mejillas en cualquier momento explotarían, sabía que estaba sonrojado.

—¿Solo has venido para molestar? Vaya no me sorprende, pero igual ya no importa, todo me quedo claro esta tarde.

Allí fue cuando su culpa entro en acción tomando valor para lo que estaba apunto de hacer.

—¿P-Puedo pasar?—Sabía que era un atrevimiento preguntarlo así, pero si el tiempo pasaba sería más difícil volver a acceder consigo mismo para hacerlo.

—No lo sé. —Todo el tiempo se mantuvo serio pero ya no tenía nada que perder. —Esta bien, pasa.

A pasos lentos Kim entró, su corazón latío con fuerza al oír como la puerta era cerrada, tenía que hacerlo.

—Y bien, ¿a qué has venido?

—Venia a pedirle una disculpa por lo de esta tarde.

—Si eso es todo puedes retirarte. —Acomodó su cabello mientras se dejaba tirar en el sofá dispuesto a seguir durmiendo.

—H-Hay algo más. —Por fin dió la vuelta para ver a Seo sobre el sofá, inhaló varias veces. —Pues dilo, tengo cosas importantes que hacer.

Félix comenzó a quitarse el suéter holgado que tenía, el pelimorado se sento rápidamente sobre el sofá mirando con sorpresa al menor.

—¿Q-Qué haces?

Sin responder siguio quitando su playera dejando a la vista un hermoso buso color rosa pastel, cuando quitó su paltalon una pequeña falda del mismo tono se hizo presente al igual que unas medias blancas que llegaban hasta sus muslos, Hongjoong estaba rojo hasta las orejas mientras Mingi estaba más que embobado con esa imagen.

—¿M-Me perdona?—Se movió con ternura tratando de que eso funcionará, mirando a los ojos a su mayor. —Hong se portara bien.

La perdición de Song Mingi estaba frente a él...

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