Capítulo 10.

5 2 0
                                    

Bajamos del coche y caminamos un poco más delante que los padres de Isaac. Todos los alumnos del centro están increíblemente elegantes. Todos sonríen, se hacen fotos, fuman cigarrilos y se divierten antes de graduarse. Al fondo a lo lejos, veo a mis amigos, que destacan entre los demás por no hacer nada de lo que acabo de decir. Hablan entre ellos tranquilamente, como si fuera una mañana más.

-¡Hola a todos¡-grito.

Todos se giran para mirarnos, Monica sale corriendo en nuestra búsqueda, sonriente y con el aire se la mueve el pelo como a una loca. 

-Estás preciosa, de verdad que lo estás-me dice-tú no estás mal-dice mirando a Isaac.

-Tú estás increíble-digo tocando su mono.

Lleva un mono azul eléctrico precioso, agarrado al cuello y totalmente pegado a su cuerpo. Ha recogido su pelo en un moño grande y elegante y su maquillaje no es muy cargante. Los taconazos a juego con su bolso negro parecen unas plataformas.

-Madre mía Carla, estás...-Carlos intenta hablar a la par que nos acercamos.

-Gracias Carlos, tú también estás genial-doy un pequeño toque con el puño en su hombro.

-Se te cae la baba amigo-Isaac choca la mano con la de Carlos.

-Joder es que nunca la había visto así-dice.

Todos nos empezamos a reír y Carlos no hace otra cosa más que mirarnos y negar con la cabeza.

-¡Que se entere todo el instituto mi amiga Carla Álvarez es un jodido monumento!-grita para que todos lo oigan.

-Cállate estúpido-ordeno avergonzada. 

Seguimos hablando de como se presenta el día de hoy, de cómo lo haremos después de la graduación, para ir a comer con nuestras familias pero después de eso, quedar para la fiesta e ir solo en un coche, que como siempre lo llevará Isaac. Le encanta conducir y para todos es cómodo que siempre vayamos en un coche, los sitios ya están asignados y vivimos todos relativamente cerca para quedar en un punto intermedio que a Isaac le pille bien, ya que es el que más alejado vive.

Con un inmenso estruendo, todos mantenemos las bocas cerradas, guardando silencio. Ha sido la megafonía.

"Queridos alumnos, vayan asistiendo al jardín trasero donde será celebrada la graduación, por favor"

El director termina sus palabras y todos le hacemos caso, caminamos hasta el jardín. Haciendo una fila de uno en uno, nos van dando las túnicas y los birretes. Una vez con ello puesto, vamos tomando asiento. Nosotros nos hemos situado en primera fila, somos un poco cotillas y queremos ver todo de cerca.

El director sube al escenario y se acerca al micrófono. Nos mira a todos y sonríe mientras saluda con la mano.

-Queridos y no tan queridos alumnos-dice haciendo una gracia-Hoy es el día en el que abandonareis este instituto para convertiros en aquello que siempre habéis querido o que todavía no sabéis que seréis, o esos alumnos que desde pequeños tienen un sueño por cumplir, que sois bastantes-hace una pausa-Todos vosotros tenéis un futuro que empieza aquí, porque hoy no es el final, si no el principio, comencemos-termina diciendo.

Van llamando alumnos, todos recogen sus diplomas, estrechan mano con el director y hasta intercambian dos besos de cortesía. Todos van volviendo a su sitio, contentos, por haber conseguido llegar tan lejos.

-¡Carla Álvarez!-anuncia el director.

-Te toca-dice Isaac más feliz que yo todavía.

Camino hacia el escenario, con la cabeza alta, intentando no tropezar con los tacones, con alguna piedrecita que haya en el césped. Subo las cuatro escaleras y piso firme en el suelo. Miro al director sonriendo y este repite mi gesto.

-Hola-digo.

-Enhorabuena señorita Álvarez, esto es todo suyo-me entrega el diploma.

-Muchísimas gracias-digo.

-¿Tiene el discurso que la pedí a principio de curso para el día de hoy?-pregunta.

"Mierda"

Maldigo para mis adentros, se me ha olvidado por completo escribirlo. Pero no puedo fallar así el último día y más cuando lo pidió hace por lo menos seis meses.

-Por supuesto-sonrío.

-¿Y donde está?_pregunta dudoso.

-Aquí-señalo mi cabeza.

Camino al micrófono y lo pongo a mi altura. Todos me miran extrañados. Yo solo sonrío.

-Muchos preguntareis que hago aquí, bueno, yo era la encargada del discurso de este año-hago una pausa-¡Sorpresa!-río-A lo que voy, perdón.

Me relajo un segundo mirando al cielo y después a mis amigos, que me sonríen desde sus butacas. Miguel me saluda entusiasmado y a mí me hace alegrarme muchísimo. Me concentro en buscar la mejor manera de empezar el discurso.

-Desde hace unos años, a todos nos han preguntado que queríamos ser en la vida, desde que somos pequeños, nos lo preguntan, nuestros padres, abuelos, tíos, o hasta el vecino, muchos no saben responder, otros responden que quieren ser médicos, profesores o astronautas, algunas responden que quieren ser princesas, veterinarias o cantantes famosas-hago una pausa-¿pero sabéis qué?-miro a todos-Yo nunca supe que responder, porque no lo tuve claro nunca, pero hoy os digo que quiero ser escritora, quiero hacer lo que me gusta y me llena como persona, con esto quiero deciros, que no os preocupéis si todavía no habéis encontrado una respuesta a esa pregunta, si queréis tomaros un año de vacaciones para pensarlo, somos jóvenes, podemos equivocarnos, estamos en la edad de ello, pero nunca fallareis si seguís vuestro sueño-una lágrima cae por mis ojos-Así que, salgamos hoy de aquí, disfrutando de nuestro día a día y queriendo ser siempre lo que nos haga felices, buena y bonita vida a todos-termino.

Muchísimos alumnos se levantan a aplaudirme, otros lo hacen desde sus butacas y otros solo me miran. Me he sentido muy bien conmigo misma diciendo todo lo que sintió en este momento, sin planearlo, sin ensayos, ni falsedad, solo siendo yo.

Vuelvo con mis amigos. Monica me abraza mientras lagrimea un poco.

-Ha sido increíble-dice agarrada a mí. 

Y de repente, tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora