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-Esta noche te voy a dejar con la boca abierta, esposo mío -le anunció ____ cuando regresó.

Harry tenía le esperanza de que hiciera algo más que dejarlo con la boca abierta. La miró mientras se dejaba caer en el sillón más cercano y se quitaba los zapatos. No pudo evitar fijarse en sus bellos tobillos y su entrepierna reaccionó al instante.

Deseaba acariciar esos tobillos con las manos y con la boca, subiendo poco a poco por sus piernas, tocando sus pantorrillas, los muslos... Y seguir así hasta llegar al paraíso.

Cuando vio que ____ se masajeaba un pie, se levantó.

-Deja que lo haga yo -le sugirió él.

Pero ____ negó con la cabeza y le hizo un gesto para que se detuviera.

-De acuerdo -agregó Harry-. Ya lo haré más tarde.

Ella lo miró con suspicacia unos segundos.

-Voy a necesitar una hora para prepararme antes de ir a esa cena romántica que has organizado para agasajar a tu querida esposa y, mientras lo hago, me gustaría que no estuvieras aquí.

-Me gusta que intentes mantener algo de misterio en nuestra relación. Eso la mantiene viva, ¿no te parece?

-No.

Le pareció ver algo de tristeza en su expresión. Pero no tardó en sobreponerse. Se encogió de hombros y lo miró a los ojos.

-Eso depende del misterio -le dijo ella.

-Y del hombre. No dejes que una mala experiencia lo estropee todo, ____-le dijo en voz baja.

-Harry... -replicó ____-. No me ha afectado tanto, estoy bien.

-Me alegra oírlo.

Se quedó con la sensación de que le habían hecho daño más de una vez.

Sacó la chaqueta del traje y una corbata del armario y salió de la habitación para darse una vuelta por el hotel antes de regresar mientras la esperaba.

____ apareció puntualmente en la escalera mecánica y se quedó sin aliento al verla.

Llevaba un vestido largo que fluía como un río color esmeralda hasta sus pies. Se había puesto sandalias en un tono esmeralda más oscuro que le hacían juego con la cartera de mano.

Estaba muy elegante, perfecta para una cena íntima a la orilla del agua.

Lo envolvió su aroma mientras bajaba por la escalera hacia él. Era como si se hubiera dado un baño entre jazmines para espolvorearse después canela por toda la piel. Llevaba el cabello recogido y tuvo que contenerse para no abrazarla y enterrar su nariz contra su cuello.

-Tal y como me advertiste, me has dejado con la boca abierta -le dijo él.

____ sonrió al oírlo.

-Gracias. Tú también estás muy elegante, como de costumbre.

Le ofreció el brazo y ella lo aceptó.

-Hace una noche maravillosa.

-Y no ha hecho más que empezar -agregó él.

Ella lo miró de reojo, pero no respondió.

Caminaron hasta la mesa que había reservado para ellos. Habían colocado una alfombra persa en la arena y la mesa estaba rodeada por lámparas de latón marroquíes y quemadores de incienso.

-¿Sabe tu amigo Sadiq por qué me has contratado? -le preguntó ____ después de que se sentaran y pidieran la comida.

-Sabe que has venido conmigo -le contestó él-. ¿Y tú? ¿Se lo has dicho a tu familia?

En Busca de una EsposaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora