Él me ha gritado que es mi culpa.
Ella dice que no tengo porque quejarme o sentirme infeliz.
Él no lo sabe, no sabe del todo.
Ella me destroza en cada palabra, nunca soy suficiente.
Ellos dicen "Dejate de tonterías, ponte hacer algo".
Ellos también dijeron "No te falta nada, ni comida, ni un techo para vivir".
Mi madre, hermana y hermano no entienden mucho.
No entienden que aquellas desveladas se producen por el dolor, ardor y vacío en el pecho.
Que cada pequeña siesta que tomo es por lo cansada que esta mi alma.
Ellos no...
Ellos no hacen nada malo. Sólo bromean.
Es lo que dicen.
Bromean sobre el dolor emocional.
Bromean despectivamente sobre el físico, cuidado y gustos.
Bromean sobre los pensamientos suicidas que cargo en la piel.
Bromean sobre cada episodio en el que demuestro un poco de lo cansada y adolorida que estoy.
Pero estamos todos tranquilos, solo son bromas.
Mi Padre... él no tiene idea de mis deseos egoístas.
El deseo egoísta de sostener aquella filosa navaja y clavar profundo y rasgar la piel interna de mi muñeca.
Él tiene idea de tan poco.
Perdóname, soy tu mayor tesoro pero soy un tesoro desgastado.
O tal vez deje de ser un tesoro y por eso ya no estamos juntos...
