Ash compra un videojuego de Barbie en el centro comercial, al ponerlo es absorbido en el, por lo que Barbie le explica lo que tiene que hacer para regesar a su mundo.
En el juego conoce al príncipe Eiji quien se volverá en su mejor amigo y aliado.
¿...
Cuando llegó a la sala, Eiji se encontraba con una espada clavada en su pecho.
—Jajaja ¡el príncipe morira pronto! —¡BASTARDO!
Ash saco su espada y comenzó a luchar contra el rey.
—¡Blanca, mira, es Ash luchando contra Dino!— gritó Sing desde la plaza. —¡Rápido, vamos!
Corrieron los tres hacia la torre donde contemplaron el terrible acto del que fue Eiji.
—¡Eiji está herido!
Yut, saco la espada y aplicó vendajes sobre Eiji, este volvió en sí.
—Ash… ella esta peleando sola… debo protegerla… —Estás loco, no puedes ni moverte, nosotros iremos, tu quédate aquí.
Los tres corrieron hacia la torre y Eiji se levantó y comenzó a caminar.
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Ash seguía el ritmo de Dino pero se estaba quedando sin fuerzas.
—Debo admitir que me impresionas, has sido la única que ha logrado hacerme frente, pero es hora de terminar con el show.
Dino chasqueo los dedos y el palacio se transformó en el castillo del reino.
—¿Todo fue una ilusión?— dijo Ash sin aliento. —¡Así es, los hize venir hacía mi, y ahora que el príncipe está muerto, yo gobernare!
Las antorchas del castillo se prendieron y al centro de la plaza, Barbie se encontraba atada.
—¡BARBIE! ¿Que le hiciste hijo de puta? —Nada aún, pero arderá en un solo chasquido. —¡Ash!— el grupo de chicos apareció pero Ash les hizo la seña de retroceder. —¡Tiren sus armas o Barbie morira!— pronunció Dino. —¡Háganlo chicos!— grito Ash. —Tiren sus espadas… —¡Pero blanca!— dijo Yut. —Háganlo… ya se ha derramado demasiada sangre inocente.
Los chicos obedecieron y dejaron caer sus espadas. Dino mando a abrir las puertas del palacio y toda la gente del pueblo entró.
—¡Yo, Dino, seré su nuevo Rey! ¡Todo aquel que ose desobedercerme, sufrirá las consecuencias! ¡Y ahora… tu lo pagarás!— tomó su espada y Ash cerró los ojos. —¡No mientras viva!— Eiji se lanzó sobre Dino cayendo ambos al suelo en un forcejeo.
El cetro mágico de Dino cayó al suelo y Ash lo tomó en sus manos.
—¡El único que sufrirá las consecuencias serás tú Dino!— tomo el cetro y lo rompió por la mitad con ayuda de su pierna. —¡NOO!— un viento estruendoso apareció y Dino se volvió del tamaño de un ratón.
Las cadenas que ataban a Barbie desaparecieron, y los guardias se volvieron cenizas. La gente celebró entre aplausos y ovaciones.
Eiji sonrió cayendo al suelo.
—¡EIJI!— Ash corrió y colocó su cabeza sobre sus piernas acariciando sus cabellos, sus amigos se acercaron hacía él. —Me alegra que todo haya terminado… mi pueblo es libre… —Estarás bien, aún hay tiempo para buscar a esa princesa— pronunció entre lágrimas Ash. —Valió la pena luchar hasta el final… porque pude conocerte… te amo.
Ash abrazó a Eiji rompiendo en llanto y dejó sobre su frente un beso. Todos rompieron en llanto por la pérdida del príncipe.
—¡Miren!— señaló Sing a Eiji— ¡su pecho está brillando!
Ash abrió los ojos y pudo ver que el candado de Eiji se estaba rompiendo. La herida de su pecho también había desaparecido. Una luz emanaba del cuerpo del joven príncipe y sus ropas viejas cambiaron a telas finas, y una corona en su cabeza.
—¡Eiji es el príncipe del hielo!— gritó de alegría Sing. —¡Entonces, Ash es la princesa ciruela! ¡Ella estuvo con nosotros todo el tiempo!
Ash se miró y una luz proveniente de él comenzó a transformar su ropa por un vestido radiante y una corona sobre su cabeza. Miro a Eiji quien abrió los ojos.
—¡Eiji estas vivo!— Ash lloro de alegría y le abrazó con ternura.
Éste se levantó y sonrió para su pueblo.
—¡VIVA EL PRÍNCIPE EIJI!— gritaban los aldeanos. —No habría logrado esto sin ti, princesa ciruela— tomó la mano de Ash y este la presionó con fuerza sonriendo. —Solo dime Ash.
Todos bajaron hacia la plaza donde el pueblo se encontraba reunido.
—¡Ash! —¡Barbie!— se dieron un fuerte abrazo y se tomaron de las manos. —Sabía que podrías lograrlo. —Tú ya lo sabías todo ¿cierto? —No hubiera sido emocionante si te lo dijera ¿o si? —Creo que no— dijo sonriendo.
La gente felicitaba al príncipe Eiji y Ash le miraba sonriendo.
—¿Entonces así es como termina todo? —Si, así es. Es momento de volver a tu mundo.
Ash miró al suelo tristemente.
—¿Puedo despedirme de Eiji? —Claro.
Ash caminó hacía Eiji y este le sonrió.
—Eiji yo debo irme. —¿Qué? ¿cómo que irte?, ¿a dónde? —A donde pertenezco. —No puedes irte ahora, te necesito conmigo— Eiji lo cogió de las manos— ¿Quieres quedarte aquí y ser mi reina?
Ash sonrió avergonzado y le miró a los ojos mientras tocaba su mejilla.
—Yo quisiera quedarme contigo, pero…
De pronto las manos de Ash se volvieron transparentes.
—¿Q-qué está pasando?— gritó confundido. —¡Alguien está sacando el DVD!— dijo Barbie a Ash. —¡NO! ¡EIJI! —¡ASH NO ME DEJES! ¡TE AMO!
Antes de que sus manos pudieran tocarse Ash apareció en la sala de su casa.
