Save Me - Kookmin

De hierro

Luego de ordenar la cocina y la sala de estar, Jimin se acostó en su cama, había que admitir que no podía parar de pensar en el pelinegro y en el estado en el que se encontraba.

Se dispuso a revisar las apps en su celular a ver si habían subido algo más pero antes de leer el último tweet de Jungkook, escucho un golpe en el vidrio del balcón.

Era un ruido de golpe muy particular, parecía que eran piedras golpeando a su ventana y efectivamente lo eran.

Se levantó de su cama, abrió la puerta del balcón y ahí estaba...un lindo pelinegro arrojando piedras a su balcon como si de un Romeo se tratara.

La noche era fría, Jimin pudo sentirlo cuando salió al exterior del balcón.

— ¿QUE HACES ACA?

— Hola Ángel, ¿vas a bajar o me vas a dejar esperando por ti?

— ¿Viniste manejando?

— Lo hice, pero lo hice bien y lento, no te preocupes, no hay ningún rasguño.

En esos momentos quería matarlo por el estado en el que se encontraba, aún así...decidió bajar a verlo.

Abrió su puerta y corrió a abrazarlo provocando que ambos casi se cayeran.

— Lindo pijama Ángel.

— Pensé que ibas a tener más olor a vodka que a cerveza, pero me equivoqué.

— Es que comencé con vodka pero después bajé a cerveza cuando me dijiste que tomara agua.

Jimin se golpeó la frente con su mano, no podía creer lo que estaba escuchando. Hacia frío, entonces decidió tomar la mano del pelinegro e ingresar a su casa con él.

El primer lugar a donde fueron a parar fue a la cocina para agarrar una botella de agua, luego de eso, ambos subieron a la habitación del rubio.

— El mundo me da vueltas Ángel — habló el pelinegro acostado en la cama de Jimin.

— ¿Vas a vomitar?

— ¿Todavía no me conoces lindo? Yo nunca hago eso, soy de hierro.

— Uy si, se nota — largó con sarcasmo.

Jimin se acostó a su lado,y Jungkook no tardó ni un segundo en rodearlo con brazos.

— Hueles bien Ángel.

— Y tu hueles a alcohol y humo...¿fumaste?

— ¿Te vas a enojar si te digo la verdad?

Jimin contenía su risa, ver al pelinegro así le parecía gracioso — Me voy a enojar si me mentis Koo...

— Fume poco, muy poco, con Yoongi, casi nada, no te enojes.

Dicho eso, el pelinegro dejó un beso en los labios de su Ángel.

Obviamente fue un beso correspondido, en el cual Jungkook poco a poco fue recorriendo con sus manos el cuerpo de Jimin, y a su vez, el beso fue aumentando de intensidad.

En un ágil movimiento, Jimin se sentó arriba de Jeon, comenzando a hacer movimientos con su cadera a medida que seguía el ritmo del beso.

Jungkook se separó por unos segundos, sus respiraciones eran agitadas, pero había algo peor, y era que él estaba realmente muy mareado.

— No me odies Ángel, pero si sigo así me muero.

Esta vez Jimin no pudo contener su risa, definitivamente eso sería algo que jamás olvidaría.