Save Me - Kookmin

Nos vamos

El día era soleado, no hacía tanto frío como de costumbre, faltaban pocos días para las fiestas...pero no le importaba, simplemente quería una cosa, y era volver a hablar con Jungkook.

Se encontraba recostado en una reposera al lado de la piscina de su casa, la cual ya tenía el agua verde, nada podía ser peor.

Escuchó unos pasos de tacones acercarse a él, sabía bien quien era...Joy.

— Hijo, hay que hablar. — el rubio la ignoró. — Jimin, te dije que hay que hablar. — dijo poniendo voz autoritaria.

Park cerró el libro que estaba leyendo, y miró a la mujer — No me llames hijo, no hay parentesco entre nosotros después de todo lo que hiciste.

Joy bufó — ¿Seguis con eso? ¿Qué te dice tu terapeuta? — Movió su mano en señal de importarle poco y nada — ¿Sabes qué? Lo único que vine a decir es que empaques tus cosas, después de año nuevo nos vamos, venderemos esta casa.

Jimin abrió sus ojos de par en par — ¿Qué dijiste?

— Lo que escuchaste, venderemos la casa para pagar las deudas que tenemos gracias a tu padre...y nos mudaremos a Seúl con el señor Kim.

¿Estaba escuchando bien? ¿Irse a Seúl? ¿Con la familia de Namjoon?

De sólo pensarlo, comenzó a negar con su cabeza — Yo no iré a ningún lado.

Joy lo miró y simplemente rió — Acá no hay opciones Jimin, es irte a Seúl o quedarte acá sin nada.

— ¿Namjoon aceptó esto?

— Él ya está en Seúl con su padre pero no vivirá con nosotros, él tiene su propia casa acá con su amigo y prefiere eso y que le sigan pagando los estudios.

— ¿Puedo pedir lo mismo? — preguntó — Puede ser una casa chica, y al menos quiero poder terminar la preparatoria.

Joy se mordió el labio inferior y negó — Yo no soy como el señor Kim...yo me voy con mis dos hijos.

El rubio se levantó de su asiento — Yo no pienso ir Joy — la desafió — Porque si no te diste cuenta, a la única persona que le das tu total atención es a Bereum.

— Y ella ya empacó sus cosas, de hecho está muy emocionada.

— ¿Qué le ofreciste a cambio? — sabia que había mucho dinero por detrás.

— Ella quería un caballo nuevo para hacer equitación, ingresara a un buen colegio, no le va a faltar nada. — Era lo que decía él...Joy solo se preocupaba por el dinero y su hija.

¿Qué haría ahora? Miró a todos lados, evitando cruzar miradas — Todo lo que tengo está acá — y con eso se refería al pelinegro.

— Allá podes tener más Jimin, ¿qué diablos te pasa? Vivis encerrado en tu habitación, no salis a hablar con nadie, nos evitas, ¿y decís que acá tenes todo? ¿Si quiera vas a decirme cómo te sentís con todo? Porque hace mucho que no me decís nada.

Jimin se mantuvo frente a Joy — ¿Realmente querés saber cómo me siento desde que todo se fue al carajo?

La mujer asintió — Si porque solo hablas con tu terapeuta y eso no es justo.

El rubio rió — Te lo vuelvo a preguntar Joy...¿Realmente querés saber cómo me siento?

La mujer escaneo a su hijo de pies a cabeza y volvió a morder su labio — A ver, ¿cómo te sientes hijito?

Sus ojos se llenaron de lágrimas, debía dejarlo salir.

Comenzó a gritar. Gritaba como si de cierta forma estuviera liberando todo lo que sentía dentro de él. Gritaba como si estuviera sólo, como si nadie de ese vecindario lo pudiera escuchar. Gritaba como si no alarmara a la familia de los Jeon, quienes habían salido de su casa corriendo para ir a ver que estaba sucediendo. Gritababa como si lo estuvieran matando...si que es que podía estar más muerto en ese momento.