Save Me - Kookmin

Lo vi ⚠️

Había hablado con sus padres, ya lo sabían todo y no podían entender porque Jimin había hecho tal cosa, pero no lo juzgaban, las personas tienen sus motivos, y si él quería recuperar primero a sus amigos, estaba bien, nadie en esa casa lo iba a odiar por eso.

Luego de hablar con sus amigos, Jungkook se arregló para salir. Tomó las llaves de su auto y salió de su casa siendo seguido por su madre.

— Hijo...no cenaste y ya la hora me indica que no van a cenar y van a solamente tomar, eso te va a hacer mal.

El pelinegro la observó mientras abría la puerta de su auto — Voy a estar bien.

— Jungkook...

— Sólo quiero hacer mi duelo de la forma en la que lo considere correcto.

Christy suspiró con frustración — No me gusta todo esto, no sos asi...

Su hijo la interrumpió — No era así cuando estaba Jimin, antes de él sabes muy bien la reputación que tenía, y ahora él ya no está en mi vida.

Luego de pronunciar esas palabras, se adentró a su automóvil, y salió de su hogar en dirección al bar de luces lo más rápido posible.

Iba a una velocidad muy alta, no le importaba, ya no le importaba nada. Su vida se había ido al infierno y sin tener a Jimin a su lado, nada tenía sentido. Podía recibir un choque en ese momento y aún así no sería relevante para él. Solo quería olvidar...sólo quería olvidarlo a él.

•••••

Jimin había visto los tweets, en especial el de Jin. ¿Bar de luces? ¿No era que a Jungkook no le gustaba ese lugar? ¿Qué estaba haciendo?

No podía hablar con él, no era el momento de ir y luchar por él, debía aceptar que había decidido salir de su vida para poder recuperar a dos personas importantes en la suya, pero había una cosa que si podía hacer...cuidarlo a la distancia.

Eran la 1 de la mañana, había pasado un tiempo pensando todo en su cama. Se levantó de esta y se vistió lo más rápido que pudo, con lo primero que encontró en su armario. Luego de eso, pidió un taxi para ir a ese maldito bar.

Al cabo de varios minutos, ya se encontraba allí. Había mucha gente, como siempre. Asqueroso, pensó.

Le tomó unos cuantos minutos poder ingresar, pero finalmente lo logró. Una vez dentro de ese lugar, sólo quedaba encontrar al pelinegro.

Si había algo que era seguro, era que a ese grupo de amigos les gustaba conseguir una mesa en la planta alta del lugar, así que lo primero que hizo fue subir las escaleras, esperando a que no lo vieran.

Eran casi las 2 de la mañana, todo le había llevado más tiempo de lo esperado, y una parte de él deseaba que no fuera tarde.

Una vez arriba, fue directo a la barra para pasar desapercibido, buscó a su Kookie con su mirada mesa por mesa y Bingo...ahí estaba.