Las mil muertes de Abi por @NatsZero

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Una historia de NatsZero

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I Por cinco minutos

Cinco minutos podrían bastar para que la vida de una persona cambiara para siempre. Eso fue lo que tardó Abigaíl en levantarse luego de oír su alarma aquella mañana. Salió cinco minutos más tarde de su casa y llegó cinco minutos más tarde a esperar el autobús. En el paradero, sus cinco minutos de atraso se convirtieron en quince, y para cuando llegó a la universidad, ya habían pasado treinta desde el comienzo de su clase y no pudo entrar.

Fue a la biblioteca, donde nadie esperaría verla a esa hora y terminó encontrándose en medio de una pesadilla. En un rincón, su novio y su mejor amiga protagonizaban una escena digna de una película romántica, con riesgo de volverse pornográfica en cualquier momento.

Su primera reacción al verlos fue gritar, un grito que dejó con los pelos de punta a todos los que a esa hora estaban por allí; la segunda fue salir corriendo sin que nadie pudiera detenerla.

Por cinco minutos que tardó en levantarse, terminó corriendo por la calle donde un automóvil golpeó su cuerpo, elevándolo del piso y fracturando varios huesos en el proceso. Nunca volvió a levantarse de esa calle.

El hombre de impecable bata blanca entró en la habitación y se paseó por entre las camillas metálicas. Del pie del tercer cuerpo, un letrero con las iniciales "A. T." le indicó que era el correcto, sin saber que, dos cuerpos más a la derecha, se hallaba el "A. T." que él buscaba.

Rápidamente, sacó la jeringa metálica y la clavó en el tórax de la mujer, vaciando completamente su contenido. No sabía de qué se trataba y tampoco le importaba. Le habían pagado lo suficiente por su silencio.

El frío cuarto de la morgue volvió a estar vacío hasta que tres horas después, otro hombre de blanco fue a recoger el cuerpo de Abigaíl Thompson para entregarlo a su familia. Otras horas más tarde, el cuerpo de Anton Tomazzi fue entregado a la institución científico-militar que trabajaba en un proyecto secreto, al que los más creativos convinieron en llamar «Suero Jesucristo».

Antología Genoma Heroico: BiohéroesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora