en mis venas; trueno

22

DAFNE

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Una vez lista, bajo al salón y me cruzo con mi padre que sale de la cocina con una taza humeante.

— ¿Piensas salir?

— Sí, ¿no me ves?

Decide ignorar mi pregunta y continúa con el interrogatorio.

— ¿No se te ha pasado por la cabeza el hecho de que quizás estés castigada?

— ¿Lo estoy? — le miro incrédula.

— Dafne, vuelve a tu cuarto — murmura cansado.

— No — ahora el incrédulo es él. — Voy a salir con Valentín, me lo voy a pasar genial y de paso me olvidaré de toda la mierda que me rodea.

— Cielo, sé que las rupturas son difíciles de superar pero...

— En que son una puta mierda estamos de acuerdo, pero cada uno lo supera como puede. La primera vez fue todo lloros, lamentos, súplicas... Que no me ayudaron en nada. Esta vez quiero pasar de todo papá, y si la mejor manera es salir y emborracharme, ¿qué problema hay? — digo interrumpiéndole.

— No es como tú te piensas hija mía.

— No lo será pero tengo derecho a descubrirlo yo sola.

El pitido de un coche interrumpe nuestra conversación.

— Adiós papá.

— No vuelvas tard...

Cierro la puerta antes de que termine de hablar.

— ¿Cuál es el plan? — pregunto una vez monto en el coche.

— Fiesta privada en la casa de Dani.

— ¿A las siete de la tarde?

— Siempre podemos alargarlo toda la noche.

Le sonrío, me gusta la idea.

— Vámonos entonces — le aliento mientras me pongo el cinturón.

Llegamos cinco minutos después, no sabía que somos prácticamente vecinos, es una casa bastante lujosa, como todas en esta zona.

Bajo del coche y sigo a Valentín hasta la puerta, una vez allí toca el timbre.

— ¿Aló? — se escucha la música de fondo.

— Somos De y Wos.

Nos abre y entramos.

— Antes de avanzar deberías saber que Mateo y su ligue están aquí... — le miro visiblemente cansada del tema. — Tienes que aceptar que somos un grupo y él forma parte de este.

Lo acepto, pero también tendré que asumir verle más de lo que estoy dispuesta.

Vamos directos a la piscina y Mateo ya le está comiendo la boca a la otra, perfecto, esta tarde promete ser una auténtica mierda.

— Pues ya estamos todos — Sara me saluda con la mano.

— Daf, ¿qué tal? No parecías estar muy bien anoche — pregunta Manu.

La verdad es que no me acuerdo de mucho.

— Bien, gracias.

— ¿Sabes cómo se quita una buena resaca? ¡Pues con más alcohol! Venga, ronda de chupitos — nos incita Dani, el alcohólico.

— Yo paso, mañana empiezan las clases — se excusa Mateo.

— Que responsable — murmuro burlándome de él.

— Daf sé que tú no me fallarás — Dani me mira con ojos de corderillo.

— Claro que no bombón — le guiño un ojo. — ¡Chupito aquí!

Puedo notar la mirada fría de Mateo mientras me lo tomo pero como de todo, paso olímpicamente.

٭٭٭

En un abrir y cerrar de ojos ya se ha hecho de noche.

Estoy tumbada en una hamaca subiendo la foto que me ha hecho Sara cuando me llega un mensaje del rubio.

Danielsito <3

me ayudas? estoy en la cocina

Me levanto y entro en la casa, creo haber visto la cocina al fondo así que me dirijo allí.

Una vez en ella me percato de que no hay nadie y voy a enviarle un mensaje cuando noto sus manos en mi cintura.

— Sorpresa — me da la vuelta y me sienta en la encimera.

— ¿Para esto me llamas?

— Necesito ayuda para recordar el chape de ayer — dice alzando las cejas.

No puedo aguantar la risa y estallo.

— No lo dirás en serio.

— Totalmente.

— Entonces vuelve cuando esté borracha y me lo pienso —me bajo de la encimera.

— Trato hecho — concluye guiñándome el ojo.

٭٭٭

Puto Daniel.

Un poco bastante achispada me dirijo al baño, me miro al espejo y tengo las mejillas sonrosadas.

Del uno al diez de mal me encuentro un siete, sin ninguna duda la resaca de mañana será mil veces peor que la de hoy.