en mis venas; trueno

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DAFNE

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Desde que Mateo vio la foto que subí con César no me ha vuelto a hablar.

Seguramente os preguntaréis por que lo hice y el motivo es sencillo: quiero que piense que sí tiene razón.

Hasta ahora él mantiene que sigo enamorada de mi ex pero nunca le he dado motivos para afirmarlo por lo tanto, ¿que hará si se los doy?

Otro plan de mierda por mi parte.

Por otro lado, César de algún modo se enteró de la foto que había subido a mis historias y me habló para preguntarme el porqué.

Le respondí que encontré la imagen, me gustó como me veía y lo subí, a partir de ahí entablamos una conversación que no hemos parado hasta ahora.

Sí, estoy hablando con mi ex, el causante de todos mis problemas.

Llevamos ya unos cincuenta minutos de viaje y cada uno está a lo suyo: Manu lee, Irina descansa sobre este, Sara escucha música, Wos ve una serie, Dani conduce y Mateo...

Ni lo sé ni me importa.

Desbloqueo el móvil cuando me llega otro mensaje.

César

te juro que aún duermo con el

cuando estás con Sofía también?

claro

no te creo jajajaja

pues mira [ 📷 foto]

Observo la imagen y sonrío.

En ella sale César con un osito de peluche blanco, se lo regalé el día que cumplimos cuatro meses.

que raro que tu novia no se haya enfadado, si sabe que te lo regalé yo

en serio?

me ayudó a escogerlo y todo

jajajajajaj

bueno, igual ya ni estamos juntos

¿Qué?

Voy a responderle cuando el coche se balancea para luego parar bruscamente en seco.

— ¡Cuidado Dani! — exclama Valen.

— Joder, creo que hemos pinchado.

Dani y Mateo bajan del carro y visualizan las dos ruedas delanteras con preocupación.

— ¿Qué hacemos? Solo tengo una rueda de repuesto en el maletero.

Manu también baja y se une a la conversación.

— Hace un rato pasamos por una gasolinera, ¿no? Capaz nos puedan prestar una.

— ¿Una rueda? ¿En una gasolinera? — pregunta irónicamente Mateo.

— ¿Tienes una idea mejor? Se está haciendo de noche y el idiota de Daniel decidió ir por una carretera secundaria por lo que estamos solos en la nada.

— ¿No queríais llegar antes del anochecer? — cuestiona el mencionado.

— ¿Podéis dejar de discutir e ir a por la puñetera rueda? — habla Sara asomándose por la ventana.

Los chicos asienten y quedan en lo siguiente: Manu y Dani irán a por ella y los demás les esperaremos, la gasolinera la vimos hace diez minutos, por lo que andando tardarán más.

Decido llamar a mi hermana y explicarle la situación, me pide que me cuide y que de momento no le dirá nada a papá para no preocuparle.

Segundos después de colgar la llamada, mi móvil muere por no tener batería.

Genial, vamos de mal en peor, me bajo del vehículo para estirar las piernas y como bien dijo Manu, estamos en la nada.

Alrededor solo se ve campo y el sol esconderse por el horizonte.

En lo que llega la rueda de repuesto, Mateo y Valen intentan poner la que tenemos, me acerco y les observo en la labor, el mayor se encarga del gato y el menor de la rueda.

— ¿Puedo ayudar en algo?

— Sí, ¿me pasas las herramientas? — pide el castaño.

Asiento y me posiciono al lado de él pasándole todo lo que me pide, minutos después conseguimos quitar la rueda pinchada y procedemos a poner la nueva.

— No sabía que se te daban bien estas cosas — comento.

— Bueno, digamos que me defiendo — responde sin mirarme.

Refuerza los soportes y se frota las manos.

— Esto ya está — se levanta.

Me pongo de pie y veo mis manos negras a causa de la suciedad, Mateo me observa desde su posición y se acerca con un paño que me dispongo a cogerlo cuando lo aleja y niega con la cabeza.

Le miro extrañada y me pide que alce la mano, lo hago y con cuidado y esmero, me limpia las manchas negras de la palma de la mano.

Levanto la mirada a sus ojos y me lo encuentro concentrado en la tarea.

— Gracias — digo cuando termina.

— De nada.

Nos mantenemos la mirada lo que parece una eternidad hasta que escuchamos a Irina decir:

— Por ahí vienen.

Rompo el contacto visual y efectivamente Dani y Manu llegan con la rueda entre manos.

Por fin volvemos a casa.