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DAFNE

❁══════❁

Por fin las deseadas vacaciones de navidad llegan, tenemos dos semanas de descanso y yo las voy a pasar en España como tenía previsto desde un principio.

Mateo lleva ahí desde principios de mes y aunque hablamos todos los días me muero por verlo y estar con él.

El vuelo está previsto a las seis y veinte, por lo que a las cinco mi hermana y yo ya estamos despiertas.

Nos preparamos y partimos hacia el carro.

Decidimos viajar tan temprano para estar en casa antes de que sea de noche.

Llegamos al aeropuerto, vamos a la terminal indicada y nos despedimos de nuestro padre.

— Cuídate mucho — habla Jordina abrazándole.

— Vosotras también, os quiero.

Cojo a Jordina de la mano y entramos a la terminal.

٭٭٭

Aterrizamos en España por la tarde y cuando llegamos a casa subo a mi antigua habitación, a decir verdad se me hace raro estar en este lugar.

Abro la maleta y me pongo algo cómodo para luego tumbarme en la cama y llamar a Mateo.

Hola nena — saluda cuando contesta.

Hay mucho ruido de fondo.

— Hola, ¿te pillo mal?

Estamos ensayando para el show, ¿qué tal el viaje?

— Bien, tengo ganas de verte — estoy haciendo pucheros aún sabiendo que no me ve.

Tendrás que esperar, me tienen algo ocupado por aquí.

— Recuérdame qué día es el show.

La competición a la que fue Mateo ya ha finalizado y solo le queda hacer unos shows antes de regresar a Argentina.

Por suerte estaré presente en el que hará en Madrid.

El veintiséis a las ocho.

Calculo mentalmente.

— ¿Voy a estar tres días más sin verte?

Me temo que sí... Luego te hablo, te quiero.

Cuelga y me quedo mirando el techo, la cuenta atrás para verle ha comenzado...

٭٭٭

Mentiría si digo que esos tres días no se me han hecho eternos, pero Mateo hizo todo más llevadero con sus llamadas o mensajes constantes.

Pero por fin el gran día llegó.

Me estoy maquillando cuando me envían un mensaje.

Latíamásalegredelplaneta

ya estoy aquí, date prisa!

Agarro el bolso y bajo.

— ¡Ya me voy! — grito esperando que alguien me haya escuchado.

— ¡Vale, disfruta y no te olvides de volver a la hora! — me responde mi madre desde su habitación.

Me guardo las llaves y salgo al porche, allí me espera un coche rosa con Angie de conductora.

— Joder, que guapa te has puesto — señala mientras me subo al coche.

— Gracias, supongo.

Angie es la única opción que tengo para llegar, no quiero coger un taxi a estas horas.

— Bueno pongámonos en marcha.

Durante todo el viaje mi móvil no para de vibrar pero paso totalmente de el pensando en Mat.

Treinta y cinco minutos después estamos en el centro, lugar donde se dará el show.

— Mateo está en esa sala — me avisa Angie cuando entramos al local.

Sin pensarlo dos veces me encamino hacia allá, abro la puerta y me lo encuentro mirando su móvil preocupado.

Me acuerdo de todos aquellos mensajes que me llegaron de camino aquí.

— Hola — hablo en bajito.

Rápidamente su mirada viaja del teléfono a mis ojos y en milésimas de segundos le tengo pegado a mí, con sus brazos abrazándome la cintura.

— No sabes lo feliz que me hace tenerte aquí — su cara está pegada a mi cuello.

— Me hago una idea — digo entre risas.

Levanta la cabeza y me besa, lento y profundo, instantes después se separa de mi y me observa.

— Estás hermosa.

Me pongo nerviosa de notar su mirada por todo mi cuerpo.

— Gracias, tú tambi...

— Trueno, cinco minutos — un chico se asoma por la puerta.

—  ¿Nos vemos luego? — me acaricia la mejilla.

Asiento y le doy un pico.

Fuera está Angie esperándome y como la última vez, nos llevan a un palco VIP donde el escenario y las personas que están abajo se ven de lujo.

Pero hay una en concreto que desearía no haber visto y seguro que César piensa lo mismo.

en mis venas; truenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora