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DAFNE

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Cuando me escucha cerrar la puerta levanta la cabeza y me mira, por mi parte no muevo ni un músculo hasta que siento su mano rozar la mía para entrelazarlas y tirar de mi.

Me guía hasta la puerta trasera de la cocina, que da al jardín exterior, al lado izquierdo de este hay un banco de madera blanco y cuando nos sentamos allí rompo nuestro contacto físico.

Fuera la noche ya cae y el frío se hace presente, dentro de poco notaré las consecuencias de estar en camiseta corta.

— Daf.

Retiro la mirada del paisaje y la poso en sus ojos rodeados de inminentes ojeras.

— ¿De qué quieres hablar?

— De nosotros.

Asiento y espero a que comience.

— No puedo estar lejos de ti.

— Sí que puedes, ¿no es así como has estado estas últimas semanas?

— Me equivoqué, debí escucharte esa noche.

— Pero no lo hiciste, decidiste confiar más en una foto.

— No fue solo la foto Daf, ¿qué pasa con el mensaje? ¿Y tus menciones hacia él en tus sueños?

— No puedo controlar lo que me envían o lo que sueño Mateo.

— Tampoco tus sentimientos.

— No siento nada por él.

— Tu mirada no reflejaba lo mismo.

Bufo mirando a otro lado, ¿que sabrán ellos lo que siento o dejo de sentir?

— ¿Te has olvidado ya de mi?

— ¿Te olvidaste tú de mi cuando decidiste empezar una relación con Melissa? — vuelvo a mirarle.

— Es diferente.

— ¿Diferente en qué? ¿Cuánto tiempo te faltó para irte con otra?

— Yo pensaba que...

— Pensaste demasiado en vez de confiar en mi.

Me levanto de golpe y voy hacia la entrada pero me paran sus gritos a mi espalda.

— ¿Qué querías que hiciera? ¡Te besaste con tu ex joder!

— ¿No se te pasó por la cabeza que yo no quería que me besara? — me enfrento a él. — ¡Tú mismo viste lo que me jodió que estuviera con Sofía, ¿de verdad pensabas que nada más verle caería en sus brazos!?

— ¿Por qué te molestó tanto?

Reflexiono un segundo la respuesta.

— ¡Porque era mi amiga!

— No Dafne, te molestó porque sigues sintiendo algo por él, por más que te intentes engañar.

Busco la forma de negarlo pero no encuentro manera y Mateo sonríe decaído.

— Ves.

Niego con la cabeza, no siento nada por César.

— Quizás no fuiste tú quien empezó ese beso, pero si quién más lo necesitaba.

Dicho eso me esquiva para entrar de nuevo en la casa y yo me quedo ahí parada, carburando todo lo que acaba de pasar.

MATEO

❁══════❁

Tenía la intención de arreglar de una vez por todas las cosas con ella, sin embargo, la conversación solo ha servido para admitir un hecho que ya sabía pero intentaba obviar: Dafne sigue enamorada de su ex.

Me jode que sea así, me jode que me haya utilizado para intentar opacar ese sentimiento.

Entro en la cocina y me encuentro con todo el panorama.

— ¿Qué hacéis?

— Buscando emm... Platos, para... El helado — murmura Wos.

— ¿Y los demás?

— Ayudándole — aporta Dani.

La puerta trasera vuelve a abrirse y Dafne sale corriendo hacia el piso de arriba sin prestar atención a nadie, Sara me fulmina con la mirada y sale tras ella.

Paso de todo y decido salir fuera por la puerta principal, una vez en la calle me siento en la acera y me enciendo un porro.

No suelo fumar muy a menudo pero ahora lo necesito.

Cuando las primeras caladas se impregnan en mi, noto como se avecina el estado de relajación.

¿Qué pasará a partir de ahora?

¿Se dará cuenta de sus sentimientos y le dará una oportunidad al imbécil de César?

De solo pensarlo se me tensan los puños.

Solo tengo claro que ya nada volverá a ser lo mismo.

en mis venas; truenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora