El cielo cambiaba lentamente sobre ella, indicando que el amanecer ya estaba cerca. Corría calle abajo, con la respiración levemente agitada. Sus botas hacían eco sobre el pavimento.
Al voltear a una calle vacía, un ruido atrajo su atención. Se detuvo y alzó automáticamente un escudo mágico. Giró la cabeza hacia todos lados, tratando de descubrir quién la perseguía.
Una figura oscura apareció a su derecha. La chica se tensó.
—¿Quién eres tú?
El joven era alto, tenía los cabellos alborotados y ojos oscuros como la noche que la rodeaba. Sin embargo, no la engañaba: dentro de aquel cuerpo de apariencia humana se agitaban las sombras de un alma daluth.
—No creo que mi nombre te suene de algo.
La chica sonrió, aunque por dentro estaba agotada.
—Si querías una pelea a solas solo tenías que decirlo.
Dos marcas brillantes aparecieron en la palma de sus manos.
—No quiero peleas….no aún.
—Nunca he conocido un daluth que no quiera pelear.
—Nunca me has conocido a mí.
Podía sentir la quemazón de las runas, estaba lista para atacar, pero no pudo.
—¿Qué quieres?
—A ti—el extraño sonrió—. El momento está cerca.
—¿El momento está cerca?—repitió ella, aunque las dos primeras palabras la pusieron en alerta. ¿Qué iba a hacer? ¿Intentar secuestrarla? ¿Tendría tiempo de avisar a sus amigos?
—Falta mucho para el gran día, pero ya es tiempo de que empecemos a prepararte como es debido.
—¿De qué estás hablando?—la chica se preparó para lanzarle las runas, empezaba a asustarse por las misteriosas palabras del desconocido.
—Nos volveremos a ver y te diré algunas cosas interesantes—se giró, dándole la espalda y ella vio el momento perfecto para empezar—. Hasta entonces, hechicera.
Y desapareció.
Mantuvo el escudo, completamente segura de que era una trampa para bajar la guardia y abalanzarse sobre ella. Sin embargo, después de unos minutos, tuvo que admitir que el tipo no volvería. Sin deshacer el escudo, siguió caminando. A lo lejos, el sol comenzaba a nacer.
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La ciudad de la luz (Profecías Supremas #1)
FantasyYa es lo suficientemente jodido tener el sueño más liviano del planeta, pero ¿que tu hermana desaparezca sin aviso (y con un poco de mascarilla para el cutis), tu madre quede mágicamente demente y el mundo tal y como lo conocías vaya cayendo lentame...