┃𝟎𝟏┃

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𝙰𝚕𝚐𝚞́𝚗 𝚍𝚒́𝚊,
𝚊 𝚖𝚎𝚍𝚒𝚊𝚍𝚘𝚜 𝚍𝚎 𝟷𝟿𝟸𝟷.

ʜɪᴢᴏ ᴜɴᴀ ɴᴏᴛᴀ ᴍᴇɴᴛᴀʟ para arrepentirse más tarde y subió al escenario. Por suerte, nadie le estaba prestando atención, ya muy poca gente se encontraba en aquel bar clandestino a esas horas.

Hacía un tiempo que Zibowsky le daba algunas clases de música, y a pesar de que —según sus palabras— era muy buena aprendiendo, nunca se había atrevido a subir con él al escenario.

Pero, cincuenta dólares no se te ofrecen todos los días.

Entonces, envalentonada por unos cuantos tragos de brandy, tomó el saxofón de Dorian, y... henos aquí.

Se paró a un lado del piano, colocó el nstrumento de forma correcta y, para evitar los nervios que comenzaba a sentir cerró los ojos.
Sus dedos estaban temblando sobre el frío metal de las llaves, pese a eso de algún modo logró tocar.

Al escucharle, todo el público se quedó pasmado.
Todos dejaron lo que estaban haciendo; no había persona en
ese lugar que no volteara a verle. Y ella prosiguió convirtiendo cada emoción en movimiento, cada movimiento en nota y cada nota en música.

Cualquier persona que frecuentara el sitio sabía quien era ella: Atlas May y su gente solían llamarla 'Lirio' por alguna razón que sólo tenia sentido para ellos. Era imposible no reconocerle a la distancia, era la joven de los ojos bonitos y el acento italiano todavía muy marcado en ese entonces.

Aquella marea implacable de emociones cesó y la última inscripción apareció en su mente resultando en una larga, profunda y apremiante nota. Entonces un silencio pétreo inundó todo el lugar.

Sintió tanta vergüenza que la necesidad de huir y esconderse se apoderó de ella en un santiamén.
Dió media vuelta para bajar del escenario.

Pero todos le aplaudieron.

Ella al oír esto, regresó el rostro hacia público. Todos estaban de pie elogiando su presentación, unos aplaudían efusivamente y otros sólo se limitaron a sonreír.

Su mirada se dirigió lentamente a cada persona del lugar, todos mostraban vigor. Pero se detuvo en una, era tan profunda y misteriosa que no podía descifrar exactamente lo que emitía.
Sostuvieron el contacto visual durante cortos segundos.

Estaba segura, y podría apostar los 50 dólares que le prometieron, a que nadie en el mundo miraba como lo hacía él, con atención, ahínco y una entereza que había visto en muy pocas personas.
No le miraba como si estuvierse pensando en matarla, era diferente.
Lo hacía como si quisiera retratar sus movimientos, encerrarla en su memoria para siempre, quemarla en sus retinas para no dejar de verle jamás.

Ensanchó los ojos ante la sorpresa, no lo podía creerlo: aquella mirada esmeralda mostraba
respeto.

Su corazón latió con fuerza, ¿era una broma? Tenía que serlo. A esas alturas las copas le hacían imaginar cosas, o al menos eso quiso pensar.

Mordecai Heller le hizo una reverencia.
Todo el aire salió de sus pulmones.

Al encontrarse ahí, parada en medio del bullicio con el corazón hundido y una creciente calidez sobre sus pómulos, por un momento, esa situación le pareció tan irreal.

◤ ❝𝓤𝓵𝓽𝓲𝓶𝓸 ❞◢  │⎹𝔐𝔬𝔯𝔡𝔢𝔠𝔞𝔦 ℌ𝔢𝔩𝔩𝔢𝔯⎸│▪┃𝐋𝐀𝐂𝐊𝐀𝐃𝐀𝐈𝐒𝐘┃Donde viven las historias. Descúbrelo ahora