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𝖡𝖾𝗇𝗍𝗈𝗇𝗏𝗂𝗅𝗅𝖾, 𝖠𝗋𝗄𝖺𝗇𝗌𝖺𝗌
ˢᵉᵖᵗⁱᵉᵐᵇʳᵉ ⁰⁴╶ ¹⁹²⁷

Hay toda una algarabía a su alrededor. El lugar estaba tan colmado de ruido que resultaba molesto incluso para él. Todos estaban sumidos en sus pláticas, degustaban sus alimentos o bailaban alegremente. Él miró a cada persona, buscando, hasta qué una en particular llamó poderosamente su atención.

Cuando la banda del lugar subió al escenario, entre todos ellos —la mayoría hombres— una fémina que portaba un sencillo vestido negro le hizo ensanchar los ojos con impresión. Debido a la distancia no era posible distinguir con toda claridad, pero aquella mujer parecía ser físicamente idéntica a las descripciones que le habían dado con antelación.

Era era esa extraña sensación de familiaridad, como si hubiera conocido a esta persona antes. Era un pensamiento un poco tonto, pero así lo sintió él.

Pudo ver como ella colocaba el saxofón en la posición correcta, seguido de eso, aproximó sus labios a la boquilla del instrumento, tocando así la primera nota. Y en compañía del resto de la banda inundó el lugar con un nuevo sonido.

Todos los presentes guardaron
silencio. Aquella mujer al parecer no lo notó, pues sólo prosiguió con la pieza. Sus dedos se movían sobre las llaves como si estuvieran hechos de plástico.

Él la miraba —tal vez— un poco embelesado, sólo conocía a otra persona en la faz de la tierra que pudiera tocar el saxofón como ella lo hacía: Dorian Zibowsky.

Una gran sonrisa surcó sus labios y  buscó en sus bolsillos efusivamente hasta encontrar una foto ya muy desgastada, la miró detenidamente.

Era ella. La había encontrado.

El reloj marcaba aproximadamente las tres de la tarde y ella regresaba a su apartamento después de un largo día de clases

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El reloj marcaba aproximadamente las tres de la tarde y ella regresaba a su apartamento después de un largo día de clases. Cerró la puerta con desgana tras de sí y arrojó los zapatos hacia algún lugar de la sala.

—¡Arissa! ¡Ya llegué! —gritó ________, pero no recibió respuesta alguna por parte de su compañera de piso.

Dejó su portafolio sobre uno de esos sillones con resortes salidos por doquier y caminó hacia la cocina para buscar algo de comer.

—¡Los chicos hicieron su primera solución de ácido fluorhídrico! Fue... lindo, supongo. —habló en voz alta para que su compañera le alcanzara a oír, donde fuera que estuviera ella—. Sólo uno se quemó los dedos, pero, todo bien aparte de eso.

Soltó una suave risa al recordar lo sucedido con ese pobre chico, en realidad ella se habia quedado dormida a media clase y descuidó a sus alumnos. Sacó una botella de leche del refrigerador, batalló un poco para abrirla.

◤ ❝𝓤𝓵𝓽𝓲𝓶𝓸 ❞◢  │⎹𝔐𝔬𝔯𝔡𝔢𝔠𝔞𝔦 ℌ𝔢𝔩𝔩𝔢𝔯⎸│▪┃𝐋𝐀𝐂𝐊𝐀𝐃𝐀𝐈𝐒𝐘┃Donde viven las historias. Descúbrelo ahora