10. Te amo

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Siento como una cálida mano acaricia mi cabello.

Abro los ojos de golpe al darme cuenta de la situación, alguien entro a mi habitación.

— Tranquila, soy yo. – dice Jerome, acostado a mi lado. Después de todo lo que ha estado pasando, eso no me tranquiliza para nada.

— ¿Qué haces? Vete. – digo, sentándome en la cama, el imita mi acción.

— Lamento lo que paso ayer, estaba molesto. No pretendía lastimarte. – me está hablando con tranquilidad, una tranquilidad que ya no creía que fuera real en él.

— No me importa. Si tan apurado estas por morir, ve y muere. Haz lo que quieras, ya no me importa. – rueda sus ojos.

— No estaba tratando de morir.

— Como sea. Vete. – lo miro con seriedad, quiero que se vaya. Me da miedo, y estoy furiosa con él.

Además de que no sé cómo sentirme con respecto a todo lo que ha hecho, mejor dicho, si se cómo debería sentirme, debería odiarlo, debería darme asco y repulsión, el problema es que no es eso lo que me causa.

— Te amo. – mi corazón se para al escucharlo, tan repentino que logra hacerme abrir la boca en sorpresa. – ¿Me perdonas?

— No. – susurro, su mano viaja hasta mi mejilla, donde la deja reposar. Quiero alejarlo, pero en vez de eso, me quedo quiera.

— ¿Aun me amas? – pregunta, serio, sus ojos penetran en los míos con demasiada intensidad.

Incapaz de hacer otra cosa, asiento en respuesta.

Jerome se acerca con rapidez y coloca un dulce beso en mis labios.

Luego otro.

Y el mundo deja de tener sentido para mí, solo esto tiene sentido, estar junto a él.

Llevo mi mano a sus cabellos y tiro un poco de estos, correspondiendo a su beso.

Con suavidad, me recuesta sobre la cama sin separarse de mí, baja su mano hasta colocarla en mi cintura, y acercarme aún más a su cuerpo haciendo que un gemido se me escape.

Siento fuegos artificiales en mi vientre, y un imperioso deseo de quitarle la ropa, por lo que, sin retenerme en lo más mínimo, llevo mis manos a su camiseta para poder quitarla.

Al notar mi intención, sonríe en mis labios y me ayuda a quitarla.

— Esto es mejor que pelear. – susurra, antes de proceder a quitar mi blusa.

(**)

Jerome duerme como un niño, y ni se da cuenta cuando me levanto.

Mejor... no quiero tener que lidiar con él ahora.

Me doy una rápida ducha y me visto antes de bajar a desayunar.

Tomo asiento y me sirvo café.

Ni siquiera les hablo a los demás, la verdad todos me dan miedo.

— Buenos días, chicos. – saluda Barbara, entrando al comedor como si fuese una pasarela. – Emma, querida, me alegra que tú y el maniático se hayan reconciliado, pero la próxima vez no sean tan ruidosos, por favor. – dice con una sonrisa sarcástica en el rostro, mientras se sienta para agarrar una tostada.

Siento mi cara arder.

— Mm, ¿tuvieron sexo salvaje anoche? – pregunta Tabitha.

— No quiero hablar de eso. – pido mientras sorbo un poco de café.

Maniax! || Gotham ||  Jerome ValeskaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora