Maniax! || Gotham || Jerome Valeska

5. Caldo de pollo

El día de hoy fue sumamente aburrido, las clases parecían no terminar más, pero gracias al cielo estoy a dos minutos de que suene la campana de salida.

Miro el reloj cada dos segundos, falta poco...

Y listo, la campana suena y al fin soy libre de irme.

No es que me guste mucho pasar tiempo en el circo, pero allí esta cierto pelirrojo con el que si me gusta pasar el tiempo.

Guardo mis cosas y me levanto a toda prisa para irme de aquí.

— ¡Emma! Espérame. – escucho a alguien gritar detrás de mí por los pasillos, volteo, es un compañero de clase, uno con los que más he hablado desde que entre al colegio.

— Jacob, ¿Qué pasa? – pregunto viéndolo caminar hacia mí.

— Me preguntaba si quieres que te lleve a casa, porque bueno... hoy debo ir por aquel camino, ya sabes, pasando por el circo. – dice el chico. Su nerviosismo me hace sonreír.

— Claro, si te queda de camino me encantaría, gracias.

Él sonríe y salimos juntos del colegio para dirigirnos al estacionamiento que se encuentra en la esquina.

— Amber es demasiado simpática, debo admitir que a veces me abruma un poco. – digo divertida.

— Ella es así, vas a acostumbrarte... todos lo hicimos. – me dice Jacob.

— En serio, nunca vi a alguien ser tan atenta con todo el mundo como ella, debe ser agotador. – el chico ríe.

— Seguramente, su cuerpo ha de necesitar mucho café. ¿Notaste que en todos los recreos lleva uno?

— ¡Es cierto! – estamos a un par de metros del estacionamiento, cuando Jacob coloca su brazo sobre mis hombros, sorprendiéndome un poco.

— No mires, pero hay un tipo raro siguiéndonos desde que salimos. Que fenómeno. – por inercia sin hacer caso a su advertencia, volteo para ver de qué se trata.

Una sonrisa se forma en mi rostro al ver al tipo que nos sigue, que, a su vez, cambia su expresión seria por una larga y extraña sonrisa.

— No es un fenómeno, es un amigo. – digo, quitando su brazo de mí.

Volteo completamente, y comienzo a caminar hacia Jerome, quien se acerca a nosotros aun sonriendo.

— ¿Qué haces aquí? – le pregunto. Él se encoje de hombros.

— Andaba por el vecindario, ya sabes. – responde, obviamente mintiendo.

— Andabas por el vecindario y decidiste seguirnos. – dice Jacob de forma no muy amigable. Jerome, lo observa entrecerrando sus ojos he inclinado su cabeza.

— ¿Tú quién eres? – pregunta.

— Él es Jacob, un compañero de clase, Jacob, él es Jerome mi amigo. – respondo de forma rápida. – Jacob me llevara a casa en auto. – miro a Jacob. – ¿él puede venir también?

— ¿Quieres que lo lleve a tu casa? – pregunta con confusión.

— Yo vivo con ella. – responde el pelirrojo.

— Somos vecinos, él también vive en el circo. – aclaro.

— Claro, si Jerome quiere, no tengo problema. – Jerome no deja de ver a Jacob de forma extraña, con sus labios curvados en una leve sonrisa.

— Me encantaría, pero prefiero caminar. Hoy es un bonito día. – dice mientras asiente, sin quitar por un segundo sus ojos de Jacob.

— Como quieras, fue un gusto. – dice Jacob, y se voltea apenas. – ¿vamos? – me pregunta.