Capítulo Catorce

11 2 0
                                    

Llegamos a la enfermería y me recuestan con cuidado en la camilla que se encuentra ahí. Brooke le agradece a los chicos que me trajeron y estos se retiran. Momentos después, llega la enfermera.

-¿Qué sucedió?- pregunta llegando a mi lado y se pone a inspeccionar mi rodilla- Se ve muy mal, traeré el alcohol- dice y se levanta- Entonces- habla, mientras busca el alcohol en el estante que está junto a la camilla- ¿Qué fue lo qué pasó?- vuelve a preguntar, llegando a mi lado.

-Hubo una pelea en el patio trasero y mi amiga se metió para detenerlos y uno de ellos la empujó al suelo- cuenta lo qué pasó.

-Pero esta herida no parece de hoy- murmura y coloca un pedazos de algodón con alcohol. Me quejo- ¿Ya tenías la herida?- cuestiona, mirándome.

-Sí, ayer me caí y me lastimé la rodilla- digo y la enfermera asiente con la cabeza y continúa con su trabajo.

-De acuerdo- dice cuando termina de curar mi herida.

La enfermera se levanta y va por vendas nuevas, para vendar mi rodilla. Al terminar, me indica que intente levantarme para ver si puedo caminar bien o necesito volver a casa. Para mi buena suerte, puedo mantenerme bien en pie.

Brooke me ayuda, apoyándome en ella, para que pueda ir a mi salón de clases. Cuando llegamos, tocamos la puerta, pues el maestro ya está dando la clase. El profesor nos deja pasar y mi amiga me lleva hasta mi asiento y ella toma el suyo, detrás mío.

El maestro continúa con su clase, y yo trato de poner atención, pero el dolor en mi rodilla me complica concentrarme. Este será un largo día.

****

Después de varias clases llega la hora del receso y eso me pone feliz. Con trabajo, puedo levantarme de mi lugar, para ir a la cafetería. Caminar es un poco doloroso, pero no tan malo como pensé. Mis pasos son tranquilos y lentos, pues no puedo hacer mucho esfuerzo.

Llego a la cafetería y a lo lejos veo a mis amigas junto con Newt en nuestra mesa de siempre. Me encamino a ellos y tomo asiento, para mi mala suerte, un quejido sale de mis labios. Mis amigos voltean a verme preocupados.

-Lina, ¿estás bien?- pregunta Newt, con una mirada de preocupación. Asiento con la cabeza.

-Sí, sólo que la rodilla me molesta un poco- hablo, mientras pongo mi almuerzo en la mesa- Eso te ganas cuando intentas detener una pelea- bromeo y ellos me miran algo serios.

-Edward Scott es un salvaje, te aventó de una manera brutal- gruñe Sophia.

-Pero aún no entiendo, se supone que la pelea empezó por Lina- dice Brooke- ¿Qué crees que haya sido, roja?- me pregunta y yo sólo me encojo de hombros.

-No lo sé, tengo que averiguarlo- digo, y veo que los amigos de Edward entran a la cafetería.

Los miro con atención, y no veo a Matt con ellos, pero sí a Edward. Se sientan en una mesa alejada y comienzan a hablar de algo que no alcanzo a escuchar. Volteo la cabeza hacia la entrada y ahora el que entra es Matt, pero él se sienta en otra mesa separada, esto es algo serio.

-Matt ya no es parte de su grupo- comenta Jessy, y yo la miro- Escuché que después de lo de hoy lo sacaron, estuvo fuerte el problema.

-Debo hablar con él- digo y volteo a ver a la mesa de Scott.

-No, de ninguna manera hablarás con esa bestia, roja- dice Newt- Te puede hacer daño.

-No lo creo- digo algo ida- Además, necesito saber porqué estoy metida en ese problema- decidida me levanto con cuidado de mi asiento.

Ignoro los llamados de mis amigos, y camino hacia donde Edward. Una vez ahí, tomo un respiro y me pongo enfrente de ellos. Todos voltean a verme, incluyéndolo a él.

-Lina...

-¿Podemos hablar?- lo interrumpo y él asiente con la cabeza.

-Ya vengo- les dice a sus amigos y se levanta.

Me encamino junto con Edward a la salida, sintiendo todas las miradas en nosotros. Damos la vuelta para llegar al patio de la escuela y nos detenemos ahí.

-Lina, antes de que digas algo, lo siento- habla, y me toma de la mano- No quise lastimarte- susurra, y me mira a los ojos- ¿Estás bien?- pregunta.

-Estoy bien- murmuro- Pero, quiero hablar del enfrentamiento que tuviste con Matt, dijeron que fue por mi culpa. ¿Qué pasó?- voy directo al grano.

-No quiero decírtelo, Rose, es algo que no me gustaría que escucharas- dice y se soba la nuca.

-Quiero saberlo, merezco saberlo- le digo y él suspira- Me lo merezco después de ser empujada al suelo por ti- le recuerdo.

-De acuerdo, te diré, pero no hagas caso a lo que diga Matt- me pide y yo agito la cabeza- Él dijo que...- lo piensa antes de decirlo, pero luego continúa- Que apostaba veinte dólares a que él se metía entre tus piernas antes que yo- suelta y mi cara empieza a arder, y mi boca se abre de sorpresa e indignación- Entonces yo me enojé, no por el hecho de que haya dicho eso, sino por el hecho de que eres tú a quien se lo dijo- me explica- Rose, yo no quiero meterme entre tus piernas, pero tampoco quiero que Matt lo haga- dice.

-Yo... esto- me quedo sin palabras, esto no me lo esperaba- No lo puedo creer, ¿por qué diría algo así?

-Para joderme- dice y yo lo miro- Él sabe que me atraes, y quiere joderme, él sabe que el que hablen así de ti, me pone como un maldito loco- murmura con enojo y aprieta sus manos, volviéndolas puños.

-Entonces te peleaste con Matt para defenderme- digo, y Edward parece estar avergonzado ante mi comentario.

-Emmm sí, eso parece- murmura, viendo hacia abajo.

-Gracias- suelto y él levanta su mirada, viéndome a los ojos.

-No tienes porqué agradecer, Rose, también te lastimé- dice recordando lo qué pasó hace rato.

-Eso fue mi culpa, no debí entrometerme, pero no podía dejar que te siguieras peleando con Matt, tenía miedo por ti- confieso y Scott ríe con burla.

-Ese idiota no puede contra mí, no puede matar ni a una mosca ese cagón- dice y yo niego con la cabeza.

-No tenía miedo por eso- hablo y él levanta una ceja, cuestionando- Tenía miedo de lo que podías hacerle, y eso te metería en muchos problemas, incluyendo legales- digo y él pone una mano sobre mi mejilla.

-Rose, a la próxima, deja que me metan preso, no quiero lastimarte así otra vez- murmura y yo lo miro a los ojos.

El chico que me aventó hace unos momentos me mira fijamente a los ojos, y yo no puedo evitar perderme en ellos, estoy maravillada de estos. Scott acerca demasiado su cara a la mía, y ahora sus ojos se dirigen a mis labios. Su respiración choca contra mi rostro, y nuestras narices rozan. Va a besarme, lo sé, y también sé que está mal, pero no me importa. Siento como el calor de sus labios se une a los míos.

-Lina, ¿qué haces?- me separo rápidamente de Edward al escuchar la voz de Newt- El receso ya va a acabar y no has comido nad...- se queda callado al ver que todavía sigo platicando con Scott- Siento interrumpir, pero mi amiga no ha comido y el receso está por acabar.

-Gracias, Newt, ya voy- le sonrío y volteo a ver a Edward- Nos vemos luego, Scott- me despido de él, y me da una sonrisa.

Junto con Newt, me encamino a la cafetería, ninguno dice nada en el trayecto.

-Lina, debes tener cuidado con Edward Scott, no es bueno para ti- dice mientras caminamos- Para nadie, mejor dicho- corrige.

-Lo sé, solo quería saber porqué motivo pelearon de esa manera, merecía saberlo- contesto.

-¿Cuál fue el motivo?- pregunta, y mi cara arde, al recordarlo.

-Te lo diré en la mesa- es lo último que digo y seguimos caminando en silencio.

Entramos a la cafetería y nos encaminamos nuevamente a nuestra mesa.

Las lecciones de la abuela Donde viven las historias. Descúbrelo ahora