La cruzada del miserable

94 15 0
                                    

En aquel nuevo futuro, Xue Yang había vuelto del mercado para encontrar la casa ataúd vacía, no es como si Xiao XingChen no desapareciera de cuando en cuando repentinamente sin avisar, pero tenía motivos para dudar que aquella desaparición fuera normal, pero no se preocupó demasiado. Las pocas pertenencias de Xiao XingChen y la chica ciega seguían en su lugar.

Se recostó regocijándose en las memorias de la noche anterior, como había sospechado, Xiao XingChen había sido un amante frígido, soltó un bufido divertido, tampoco es como si hubiera sido cuidadoso con él.

Xiao XingChen se había quedado sollozando un largo rato cuando creyó que Xue Yang estaba ya dormido, o al menos algo parecido a sollozar, con aquellos ojos mutilados.

A Xiao XingChen le habían dicho que el sexo entre dos hombres dolía, pero mientras estuvo con Song Lan, pensó que aquella era una historia de abuelas para apartar a los jóvenes de la lujuria, con Song Lan nunca hubo dolor, ni en su primera vez, cuando estaba echo un manojo de nervios, Song Lan arrancó de su cuerpo todos sus temores y le regaló aquel primer orgasmo compartido que llenó su cuerpo y su alma haciéndole dudar del como había sobrevivido todo aquel tiempo sin estar entre sus brazos.

Los besos y las caricias de Song Lan llevaban su cuerpo a un lugar aparte, le llevaba a todos los lugares a los que tenía que llegar, con fuerza, devoción y cuidado, el único dolor que experimentó usualmente era al despertar al siguiente día, un delicioso dolor muscular de haberse entregado por horas a su amante en posiciones a las que su cuerpo no estaba acostumbrado, acompañado de una perezosa satisfacción.

El sexo que conocía Xiao XingChen era un cálido placer resbaladizo, un abrazo y un consuelo que añoraba, eran mimos que despertaban cada uno de los poros de su cuerpo, que estremecía cada nervio y se extendía la noche entera, había dominación y posesión, era el peso del cuerpo de otro ser humano sobre el suyo, era comprender que su cuerpo era embestido con fuerza en la posición más vulnerable, pecho contra pecho, dedos entrelazados, era escuchar la voz de otra persona desde su interior directamente contra su piel.

Un momento intimó, privado, un secreto compartido entre los dos, algo exclusivo de ambos, donde no había espacio para nadie mas, donde el mundo estaba fuera, donde el mundo no debía entrar.

Aquella noche descubrió que el sexo podía ser doloroso, tanto, que sentía como si su cuerpo fuera a ser partido en varios pedazos, donde estaba atrapado con estocadas que hurgaban su interior en medio de un rio caótico de ansiedad y urgencia, que el peso de un cuerpo sobre el suyo podía ser sofocante, casi claustrofóbico, la lujuria y los gemidos involuntarios seguían ahí, temblores y jadeos, maldiciones, entendió el sexo del que hablaban, sucio, pecaminoso, que marcaba su piel, que volvía su cuerpo un poco menos puro, obsceno, del que no se debía hablar, un secreto del cual avergonzarse, como arañazos debajo de su piel, el orgasmo apareció, creciendo desde su interior. Lo había disfrutado, de eso estaba casi seguro.

Hubo una sensación de vacío, aquel orgasmo violento parecía no ser suficiente para saciar su hambre, ni el aire de todo el cielo para llenar sus pulmones.

Había pasado los últimos años tocando su cuerpo en soledad, no todo el tiempo, ni con frecuencia, pero sus manos nunca eran suficientes, su tacto no podía compararse en absoluto al tacto de alguien más. La vulnerabilidad de saberse entregado, de no estar solo, de compartir aquel espacio y momento secreto, el privilegio de tener la confianza, la intimidad y la libertad de enredar su cuerpo al de otro ser humano.

Xiao XingChen se había dejado vencer por los infantiles intentos de seducción de su Amigo, rompiendo la promesa que nunca se hizo, de entregarse solo por amor. Xue Yang había deliberadamente jugado con el papel de la inocencia, de la ingenuidad, calculando como una serpiente sus palabras, súplicas de mejillas húmedas contra su cuello mientras rodeaba su cintura aferrándose al calor de su cuerpo como una criatura indefensa abandonada bajo una helada.

Time After Time (MDZS) (The Untamed) (terminado) SongXiaoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora