Capitulo 18

73 13 4
                                    

Marella no pensó que el rey Kai Lir permitiría realizar una ceremonia de despedida... Pero la sorprendió, aceptando la petición de sus súbditos.


No había dejado de tocarla en ningún momento. Entrelazaba su mano con la de ella o le pasaba el brazo por los hombros o la sujetaba por la cintura pegándola a su costado. El rey amaba presumirla a todo aquel que se les acercara y había descubierto que adoraba llamarla su "esposa" .

- Princesa

Se inclino frente a ella un joven muy apuesto que conocía si de vista

- Soy el príncipe Enki, el segundo hijo del rey de Aldebaran

- Si

Respondió tímidamente

- ¿Cómo estás?

El muchacho trato de no reírse e intento en vano sofocar una sonrisa.

- Ansioso por volver a casa.... ¿Y tú señora? ¿Estás emocionada por conocer Aldebaran?

La princesa asintió sin mirarlo a los ojos para evitar ser descubierta

- Te entiendo - dijo él-  no es fácil abandonar tu hogar para pasar la vida en uno nuevo y totalmente desconocido.

La miro con ternura y eso la sorprendió. Todos por alguna razón parecían aún más maduros que ella.

- Pero te prometo que este cambio va a gustarte

Tomo sus manos entre las suyas y se las llevo a los labios

- Bienvenida a la familia Marella.

No le dio tiempo de agradecerle. Se alejo rápidamente como si en secreto hubiera estado aún más nervioso que ella.

- Tus hijos

Dijo el rey resplandeciendo de alegría

- Hijastros

Lo corrigió ella sin poder evitar hacer gestos. Todos eran más mayores que ella excepto el menor, aún así, no podía hacerlo pasar por su hijo. Fácilmente sería su hermano.

- Es muy extraño

Dijo ella intentando distraerse de las suaves caricias del rey

- Sus hijos son mayores que yo

- Solo un poquito

Susurro dejando una línea de besos de su hombro hasta su cuello. Marella vio el pecho del rey subiendo y bajando de forma acelerada

- Marella necesito tenerte

Le beso la barbilla y bajo de nuevo por su cuello hasta la clavícula

- Mm...Majestad... Hay mucha gente aquí, por favor, alguien va a vernos.

Dijo esforzándose por quitárselo de encima

- Llévame a tu habitación, ahora mismo.

Su voz de mando casi la obliga a obedecer

El corazón del mar Donde viven las historias. Descúbrelo ahora