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-¡Qué placer tan inesperado!

Mientras ____ seguía clavada al suelo, mirando con incredulidad la aparición, Harry se había adelantado con la mano extendida.

-Encantado de conocerte -dijo-. Soy Harry Styles. Y tú debes ser el novio de ____.

Elliott parecía sorprendido.

-Espero no interrumpir. Su ama de llaves me dijo que seguramente estarían aquí... -Elliott le tendió la mano-. Soy Elliott Cramer.

____ intentó recuperar la compostura lo más rápidamente posible, lo que no fue nada fácil. Ver a Elliott había estado a punto de hacerla desmayarse de horror. ¿A qué había estado jugando con Harry? ¡Qué vergüenza! ¡Se había olvidado de Elliott por completo!

-¡Elliott! ¡Qué alegría! -Exclamó, y rápidamente se acercó a él para darle un beso-. ¿Por qué no me has avisado de que venías?

-Quería darte una sorpresa.

-¡Y me la has dado! -Exclamó, intentando recuperar la cordura en la sensación familiar de su abrazo-. ¡Una sorpresa maravillosa!

-____ y yo estábamos organizando el fin de semana -intervino Harry-. Estrictamente profesional, claro. No hay descanso para los malvados.

-Entonces, ¿no vas a estar libre? -le preguntó, desilusionado, y miró después a Harry con desaprobación-. Debo decir que me parece un poco excesivo. Por lo menos podría tener libre el fin de semana.

-No cuando hay trabajo que hacer. Y en unos establos como los nuestros, en los que se prepara a los caballos para competir en las carreras, siempre hay trabajo en esta época del año. Pero no te preocupes -añadió, en un tono algo desafiante-. ____ lo comprende y nunca se queja.

Era cierto. ____ no se había quejado cuando le había dicho que iba a tener que trabajar el fin de semana, pero su comentario le había molestado un poco, porque reflejaba una relación que excluía a Elliott.

-No te preocupes -le dijo a Elliott-. Esta noche estaré libre, y podremos cenar juntos.

Mientras hablaba, seguía colgada de su brazo, un gesto que ella no solía hacer, pero, en aquel momento, necesitaba hacerlo como simple gesto de lealtad porque había sentido una especie de enfrentamiento entre los dos hombres. A pesar de que se hubieran estrechado la mano y del barniz de buena educación, no se habían gustado lo más mínimo y quería dejar claro de qué lado estaba su lealtad.

Harry miró su reloj.

-Ahora he de dejaros. Tengo un par de llamadas urgentes que hacer -y mirando a Elliott, le preguntó-: ¿Qué planes tienes, si me permites preguntártelo?

Elliott se encogió de hombros.

-La verdad es que no tengo planes. Había contado con que ____ estuviera libre, pero ya que veo que no lo está, seguramente me volveré al hotel. Hace un día agradable para caminar.

-¿No tienes coche?

-No. He venido en taxi.

-En ese caso, me encargaré de que alguno de mis hombres te lleve.

-No es necesario, de verdad. Prefiero caminar.

Pero Harry ya se había dado la vuelta para dirigirse a ____.

-Te espero en el jardín en diez minutos. Tenemos que tomar unos tiempos en la pista.

-Lo sé. No lo he olvidado -contestó, sin soltarse del brazo de Elliott.

-Bien -el tono de Harry era igualmente tenso-. Diez minutos -repitió-. No me hagas esperar.

Y salió de la habitación.

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