© SECRET LOVE || JK+18

OCHO

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Vi como JungKook se estacionaba en una tienda de 24 horas, ¿Por qué me trajo aquí?

— Esta no es mi casa. -dije volteándolo a ver. Él sólo sonrió y me vio.-

— Eso lo sé. -rodeé los ojos por su obvia respuesta, así que me bajé de la motocicleta para él también pudiese bajar de esta.-

— ¿A dónde me trajiste, JungKook? -volteé a todos lados, no conocía para nada de este lugar, Seúl era enorme y gran parte de la ciudad no conocía.-

— ¿Recuerdas que la otra vez te dije que te invitaría a tomar unos sojus en el mirador? -asentí al recodar aquello que dijo.- Bueno, pues hoy es ese día. -sonrió para caminar a la entrada de la tienda y yo ir detrás de él.-

— Oye, pero yo no tomo. -me posicioné a lado suyo una vez que entramos a la tienda. Lo vi y él sonrió.-

— ¿Quieres que te compre un jugo? -lo vi y enarqué una ceja.- ¿De qué lo quieres, de manzana o uva? -empezó a reí y yo sólo me crucé de brazos y lo mire seriamente.- Bien... Era broma. 

— Si tú la haces de cómico mueres en el intento. 

— Pero que agresiva. -se acercó a mí lo suficiente cerca de mi cara, él por su parte arrugó su nariz al tenerme muy cerca y yo sólo baje mi mirada al sentirme... Intimidada. Agarró una caja de soju y se alejó para irse a la cajas y pagar, ¿Qué yo no pagaba?.-

Al final se negó y terminó pagando él. Que bueno, terminaría pagando algo que yo no disfrutaría, gracias JungKook. 

Volvimos a la motocicleta y nos montamos en ella para después JungKook manejar a no-sé-dónde. 

Cuando llegamos al dichoso lugar JungKook paró su motocicleta y se quitó el casco, yo me solté de él y bajé de la motocicleta, la vista de aquí era en verdad hermosa, se veía toda la ciudad, o por lo menos la mayoría, Seúl era enorme.

— ¿Cómo es posible que jamás he venido a este lugar? Es... Hermoso. -lo vi y sonreí.-

— Lo sé. -sonrió y dejó a lado mío las botellas de soju.- ¿En serio que no tomas? -dijo enseñándome una de ellas, lo vi y negué.-

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— No entendiendo... -dije para darle un trago más a la botella de soju.- ¿E-estoy fea? No se por qué aquel idiota jugó con mis sentimientos así. -lo vi.- ¿S-soy fea, JungKook? 

— P-pero que dices... -desvío su mirada de mí y yo automáticamente lo callé.-

— Ya cállate, los hombres me irritan en este preciso momento. -le di otro sorbo a mi soju.-

— Oye... Dijiste que no tomabas, y ya llevas la mitad de la caja, se nota que no sabes tomar, trae acá. -intentó quitarme la botella, pero yo lo impedí.-

— Déjame ahogarme en mi terrible sufrimiento. -le di otro trago.-

— Ya estas ebria, ¿Ahora cómo te llevaré a casa? -me vio.-

— No es mi problema, tú comprarte los sojus. 

— ¿No es tu problema? -dijo y sonrió con ironía.- Sí, pero jamás pensé que tú te ibas a ahogar en tus penas. 

— Pero es que no entiendo... -comencé a querer llorar. Efectos del alcohol.- No estoy tan fea cómo para que ese inútil me dejara, ¿O sí? -lo vi.- M-me ilusionó con sólo decime que quería salir conmigo, ni siquiera supe su nombre.