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Ha pasado ya una semana desde el día de la cena. Mis poderes se han descontrolado y ahora toda mi habitación está congelada y llena de nieve. Al parecer mis emociones se reflejan en mis poderes y las cosas se han puesto así porque estoy triste. Llevan toda la semana diciéndome que me mejore, que tengo que controlar los poderes, que todo va a salir bien, que no esté triste. Agradezco todo el apoyo de los demás, pero no va a hacer que las cosas desaparezcan.

Ya todos se han olvidado de lo de la cena, solo recuerdan haber cenado los de las manadas en la plaza, tienen muchas lagunas. Cam ha venido a verme casi todos los días en la noche, se colaba por la ventana y me hacía compañía hasta que finalmente conseguía dormirme. Ese ha sido otro de mis problemas, no puedo dormir.

Mi madre se acaba de ir hace un rato, después de explicarme un par de cosas. Dice que llevo 3 días sin comer nada, que ayer estuve inconsciente durante horas por culpa del frío y que me tienen que llevar al hospital para que me hagan pruebas. Me han tirado varias mantas térmicas encima y han entrado calefactores, pero no tardan mucho en estropearse. 1 Hora después de que mi madre se fuese, vuelve a entrar con el doctor.

-Buenos días Alison. He venido a hacerte una pequeña revisión- mira a todos lados sin entender nada, me mira a mi y mira a mi madre. Yo simplemente me lo quedo mirando desde la cama, observando cada movimiento.

-Sus poderes han congelado el cuarto- explica mi madre.

-Bueno, quiero escuchar tu corazón un segundo. ¿Puedes incorporarte?- me quedo quieta mirándole de reojo y finalmente me levanto. Me bajo la cremallera del abrigo y me levanto un poco la camiseta. La cara del doctor pasa a ser de preocupación.

-¿Qué pasa?- pregunta mi madre alterada.

-¿Te ves con fuerzas para ir al hospital?- me lo pienso un poco y asiento ligeramente.

-¿Por qué?-

-Tienes el pulso muy débil. Entre eso, los labios morados, la piel pálida y tu temperatura, no me explico cómo puedes ser capaz de mantenerte consciente. Alison, estás en estado de hipotermia y es grave, tenemos que ingresarte en el hospital. Iré a llamar a una ambulancia-

-No es necesario, no me siento mal-

-Tu cuerpo en estos momentos no es capaz de sentir nada, se te entumecen los músculos y no notas que tu cuerpo está enfermando. A estas alturas, un humano ya habría muerto-

-Nosotros la llevaremos- dice mi madre. El doctor asiente y rápidamente lo arreglan todo para llevarme al hospital. En cuanto me asignaron una habitación, me enchufaron a unas máquinas, me rodearon de calefactores y me sedaron para que pudiese dormir un poco. Algo que realmente les agradezco.

***

Me siento el cuerpo cansado, me pesa el alma. Miro a mi alrededor pero no veo nada más que calefactores y una silla a mi lado llena de flores. Voy a volver a cerrarlos ojos, pero una conversación del exterior me llama la atención.

-Pero no lo entiendo, si no es hipotermia, ¿De qué se trata?- el que habla es mi padre, John.

-Su hija ha respondido bien al tratamiento y al calor, hemos descartado la hipotermia, pero sigue en estado grave. Su pulso es lento y su cuerpo está demasiado débil, algo está matando a su hija-

-¿Cómo?- mi madre comienza a sollozar y mi padre farfulla algo enfadado. Solo consigo escuchar un fuerte golpe contra un objeto.

-Voy a ser sincero con ustedes. Su hija corre un grave peligro. Está intentando aguantar todo lo que puede, pero su cuerpo está demasiado débil. Su cuerpo se muere. Llevamos una semana monitorizándola y no encontramos progresos- ¿Llevo aquí una semana?, no recuerdo nada.

La nueva LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora