En el gran comedor

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Mientras Dumbledore encontraba la forma de enviar a los jóvenes al futuro, los demás decidieron almorzar en el gran comedor... de “Manera tranquila”.

Los alumnos de las distintas casas no podían dejar de observar, por momento y con cierto morbo la pequeña cabeza que le sobresalía del hombro a James Sirius. Aunque le habían prometido que eso desaparecería pronto y que solo podía tratarse de un conflicto emocional.
James Sirius no dejaba de lamentarse por estar ahí.

-Nunca debí haber llegado aquí-dijo la voz aguda y  mirada triste, se encontraba sentado en medio de su hermano y Rose-. Papá me matara cuando sepa lo que hicimos... ¡ME MATARA LENTAMENTE! ¡ME EXILIARÁ! ¡VERGÜENZA SENTIRÁ DE MI!

-no seas exagerado.

-¡¿QUE?!-se exaltó mirando a Teddy que se encontraba sentado en frente-. ¡SOY EL MAYOR! ¡ME DIRA QUE ES MI CULPA! ¡TU NO SABES NADA! ¡¡NADA!!

El peli azul le siguió restando importancia.
-El nunca espera nada de ti-le dijo-. Por lo que... Creeme no se sentirá decepcionado. 

-¡Exacto!-exclamo Albus Severus-. Papá nunca espera nada de ti James... Además, ellos ya lo saben-con una mueca, dirigió su mirada a sus jóvenes padres los cuales comían sin nada de preocupación.

-No me refiero a ellos-gimió James Sirius-. Hablo de mis padres, los adultos. ¡El Harry Potter adulto! y no olvides a nuestra madre... ¡Nuestra madre!

Rose se mordió el labio inferior, no podía negar ese temor.

-Pero no entiendo-comento Albus rascándose la nuca-. Si estamos aquí y ya dijimos muchas cosas... ¿No se supone que los del futuro recordarán todo? Por lo tanto ya lo sabe y pues no nos dirán nada. ¿No?

James Sirius pareció relajarse con esas palabras, tal vez su hermano tenía razón.

-Solo espero que sea así-murmuro con una débil sonrisa.

Teddy, sin preocupación empezó a jugar con unos chicharos que estaban en su plato.

-Puedes ser un desgraciado, James-comento en voz alta-. Pero me das pena,  Tener una cabeza mucho mas atractiva que tu mismo, saliendo de tu hombro... Tu novia te dejara por el.

El párpado derecho de James Sirius empezó a temblar.
El pequeño individuo que le salia del brazo prefirió no opinar.

-Gracias por ser tan sincero-le dijo Rose con los ojos entrecerrados.

Cuando el metamorfago abría la boca para responder, un grito se escucho en el final de la mesa.

-¡ES PECADO!

Los alumnos dirigieron rápido su mirada, hacia la persona que gritaba. 
Se trataba de Sirius Black el cual tenía abrazado sobre su pecho a un pollo entero horneado.

Remus se llevo una mano a la frente, tratando de ignorar la vergüenza que le causaba esa escena.

-¡Deja ese pollo en la mesa!-le ordenó Tonks que tenía unos cubiertos en ambas manos.

-¡NO! ¡ESTABA VIVO EN LA MAÑANA, YO LO VI!

La peli rosa se levantó con sus cubiertos e hincó la pierna del pollo. Le sacó un pedazo de carne y se lo comió.

-¡NO HAGAS ESO!-grito Black como si se tratara de un sacrilegio-. ¡NO! ¡MALA MUJER!-se acerco a los gemelos-. Les encargo al pollo-les dijo dejándolo en el plato de Fred-. Tengo que ir a rescatar a los demás-salio rápido del gran comedor, recibiendo las expresiones mas preocupadas, como si su salud mental estuviera pidiendo ayuda a gritos.

Harry miro asustado y confundido a Remus.
-¿Es defensor de los pollos?-le pregunto, antes había visto a su padrino comer pollo, pero siempre una persona podía cambiar.

-No en realidad... Solo que si lo ve antes vivos... Veras tubo una mascota y aunque se la comió por hambre, nunca llegó a perdonarse-le respondió algo incómodo-. Solo espero que no haya   muchos pollos vivos en las cocinas o tendrá muchas mascotas.

El viaje de mal gusto al pasado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora