Girasoles de Van Gogh [AshxEiji/BF] [HIATUS]

VII. Sin Reservas

Disclaimer: Banana Fish pertenece a Akimi Yoshida.

Advertencias: AU ǀ Boy's Love ǀ Omegaverse ǀ Temas sexuales implícitos ǀ Posible OoC ǀ Drama ǀ Angst ǀ Lenguaje explícito ǀ Issues ǀ OC ǀ Short!fic.

Pairings: AshEi (Ash Lynx x Eiji Okumura). Secundarias: AshYut (Ash Lynx x Yut-Lung Lee). BuraLee (Blanca x Yut-Lung Lee).

N/A: No sé muy bien qué decir ni cómo justificar del todo mi tardanza. Supongo que la vida me absorbió. Pero, en serio, no saben lo feliz que me hace estar de vuelta por estos lares ❤

Girasoles de Van Gogh ǀ

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VII

Sin Reservas

Ni siempre ni nunca

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Antes de que pueda pronunciar alguna palabra para romper aquella atmósfera, Eiji se aleja de Aslan como si de la nada su tacto le quemara. Aslan de igual forma espabila; se pone recto y se lleva la mano a la nuca, pareciendo avergonzado. Sing no lo conoce de mucho, no sabría descifrar su lenguaje corporal, pero a Eiji lo interpreta como la palma de su mano y su notoria incomodidad le grita que debe intervenir.

—Oigan, los estábamos buscando —dice en voz alta para captar la atención de los dos. Al instante ambas miradas caen sobre él.

Los bonitos ojos verdes de Aslan pronto se posan en algún otro punto detrás de él, no obstante, Sing solo puede enfocarse en los de Eiji y cómo su mirada luce rojiza. Ha llorado, es evidente, pero no entiende el por qué si hasta esa mañana se encontraba de maravilla. Tampoco le cabe en la cabeza que tiene que ver Ash en todo ese asunto.

—¿Pasa algo? —pregunta aunque sabe que no obtendrá una respuesta, no ahora.

El par permanece en silencio. Pasados algunos segundos, son los pasos de Eiji que hacen eco entre los tres. El mayor de los chicos se encamina a donde Sing. A pesar de su evidente llanto, su dulce expresión no cambia ni un poco, siempre es así cuando se dirige a él.

—Nada, solo también ya pude disculparme de forma apropiada con Ash. No es una noche fácil de recordar, lo sabes —explica Eiji, y aunque es una buena justificación, Sing no queda del todo satisfecho.

—¿Estás bien? —susurra, importándole poco lo descortés que pueda parecer ante Aslan.

—Sing, vámonos por favor.

Eiji no espera una respuesta, solo se dirige hacia dentro del restaurante, esperando que Sing vaya tras él. Sin embargo, antes de girarse para seguirle el paso, cruza miradas con Aslan, quien permanece aún como estatua sin pronunciar palabra alguna.

Aslan siempre le ha agradado; lo considera un muchacho centrado y humilde, con los pies bien puestos en la tierra a pesar de ser un alfa sumamente atractivo y con el suficiente dinero para costearse una carrera en una universidad tan cara. Le ha admirado que, a pesar de ello, se dé el tiempo de ayudar a Nadia y a Shorter con el negocio familiar, siempre de buena gana y con una sonrisa en el rostro.

Pero ahora, por primera vez desde que lo conoció, lo siente diferente. Esta vez está Eiji de por medio. Y Eiji, a pesar de que muchos puedan considerarlo frágil por su personalidad —y porque de igual forma es un omega—, es una de las personas más fuertes que Sing conoce, y lo admira tanto por eso. Eiji no es de las personas que lloran porque sí y mucho menos frente a extraños.