Capítulo 2

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Huevo, harina, mantequilla, parte de la mezcla para unos perfectos wafles. Olía más que bien y mi estómago no podía estar más de acuerdo, a pesar de que quería regresar todo lo de la noche anterior.

"Demasiado alcohol para una sola noche. Bien hecho, Saint"

La luz me parece demasiado brillante cuando abro los ojos. Intento levantarme y todo da vueltas. "¿Conque así se siente estar crudo?" y al parecer, el no recordar nada es parte de ello.

No estoy seguro de donde estoy.

Miro a mí alrededor. Las paredes son tan blancas a excepción de la que está a mis espaldas, la cual es de color gris. Hay uno que otro cuadro colgado. El piso es de madera y está completamente reluciente.

Cierro los ojos ante el repentino dolor punzante y pienso en que solo quiero tirarme nuevamente en la cama y dormir hasta que el dolor haya pasado. Las sabanas son tan suaves, de color café con blancas almohadas. Esta persona tiene muy buen gusto. Son tan cómodas, que sin duda podría quedarme dormido todo el día. Curioso, paseo la mirada a un costado para fijarme en el portarretrato que se encuentra en el buro de noche, justo a un lado de la cama.

Sonrió de lado.

Al menos no he caído en manos de un psicópata desconocido.

La foto me muestra a mi amigo con su reluciente sonrisa; en aquel entonces con el cabello corto. Unos fuertes brazos rodean su cintura de manera protectora. El chico que lo sostiene, también sonríe ante la cámara.

Debo decir que estoy sorprendido. El solo es el novio de mi mejor amigo- casi hermano-. Nuestra relación no es para nada estrecha. Han sido contadas las ocasiones en las cuales hemos convivido.

"¿Cómo he terminado aquí?"

Mis pensamientos se rompen cuando mi teléfono comienza a sonar, haciéndome pegar un leve brinco. Esto me dará migraña, pienso, mientras intento encontrarlo para apagarlo. Cuando lo tomo, ha dejado de sonar.

Tengo más de 20 llamadas perdidas y tres mensajes de voz, todos de Gulf. Sé que no sería buena idea contestar ahora. Conociéndolo, me gritará apenas descuelgue, por ser tan irresponsable; estará enfadado, pero sé que también está preocupado. Nuevamente suena, justo cuando la puerta se abre.

Alto, de cabello negro y anchos hombros, él es novio de Gulf: Zee Pruk.

-Buenos días-. Saluda, tan amable como siempre. A veces no termino de comprender como Gulf y Él han terminado siendo novios. Gulf es tan hiperactivo, sociable mientras Zee es un poco más reservado. Son el ejemplo perfecto de: los opuestos se atraen.

-Pensé que aun dormías.

-Hola-. Respondo-. Lamento haberte causado problemas-. Es lo único que se me ocurre decir. Aun no estoy seguro de como he llegado aquí. El teléfono suena de nuevo y ambos lo observamos vibrar entre mis manos.

-Deberías contestarle-. Sugiere. No hace falta que pregunte. Lo más seguro es que también estuviera llamándolo-. Sé que está preocupado, porque ni yo le he respondido.

- ¿Por qué no?

-Quería que despertaras. Gulf debe estar preocupado y probablemente, sentirse culpable.

-Ya lo sabes-. No es una pregunta, sino una afirmación. El simplemente asiente-. ¿Cómo...

-Creo que por error marcaste al departamento. Estaba en casa de Gulf cuando sonó el teléfono y la contestadora se activó-. Explica. La incomodidad se nota en su rostro-. Sin querer escuche tu mensaje. Te escuchabas mal, así que... solo salí por ti.

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