Capítulo 5

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Todo tipo de cambio es bueno y necesario. Justo como las estaciones cambian y las personas lo hacen. Permanecen un tiempo estable pero no para siempre; está en su naturaleza y no se pueden evitar.

El otoño ha llegado y con ello mi vida ha dado un giro. Desde vivir con mi mejor amigo hasta conseguir un nuevo empleo, gracias a Zee. A decir verdad, había pasado poco más de dos meses.

¿Tiempo suficiente para establecerme de nuevo? ¿Olvidarme de mis sentimientos? ¿De la persona que tanto ame?

No. Imposible.

Es más complicado de lo parece. Y las personas que hayan pasado por lo mismo, comprenderán. No puedes deshacerte de sentimientos tan fuertes de la noche a la mañana. Pero si puedes crear nuevos, sin darte cuenta.

Exactamente dos meses, en los que no sabía nada sobre Mean. No estoy seguro de si lo sigo amando con la misma intensidad. Solo sé que aún lo quiero y lo extraño. Especialmente en las noches lluviosas, cuando nos acurrucábamos bajo las mantas, en busca de calor.

Miro a través de las grandes puertas del edificio. Afuera llueve a cantaros, pero parece la mejor noche para salir acompañado. Bajo un mismo paraguas con la persona que amas o quieres, tan cliché.

Es la primera vez que salgo tan tarde de trabajar. Quizás debí escuchar a la señorita del clima y seguir su recomendación de traerme el paraguas. Pero... ¿Qué iba a saber, que esta vez, no se equivocaría?

Correr hasta la estación del metro no es una opción, a pesar de que quedaba a unas cuantas cuadras. Ir al paradero, tampoco. Podría correr por un taxi, sin embargo, estaría hecho sopa antes de consiguiera uno.

Lo más conveniente sería esperar a que cesara, pero parecía que nunca lo haría. Suspiro profundamente mientras inflo los cachetes, sabiendo que tendría que esperar.

Diez minutos son más que suficientes, no esperare ni uno más. Quizás si le pido a Orn, la recepcionista, me conseguiría algún taxi. Aunque se perfectamente que la espera es inevitable. Con suerte media hora, a que hubiera alguno disponible.

Apenas he dado dos pasos cuando alguien se interpone en mi camino. Se de quien se trata, sin embargo, estoy sorprendido. Llevaba dos semanas sin verlo o, mejor dicho, evitándolo. Toparme con Zee era lo que menos deseaba en estos momentos. Pero ahí estaba él, frente a mí, luciendo guapo con el cabello levemente despeinado.

-Dudaba si serias tú-. Dice, con una bonita sonrisa en el rostro-. ¿No es muy tarde, para que aun sigas aquí?

-Se me ha hecho tarde-. Respondo tontamente.

-Lo he notado-. Decir que me siento estúpido, es poco. Mis mejillas se calientan cuando el ríe-. Vamos, te llevo.

-No quiero desviarte del camino-. Niego rápidamente. Evitar a Zee implicaba: no pasar tiempo con él-. Le pediré a Orn que...

-No conseguirás ninguno-. Me interrumpe, frunciendo levemente el ceño-. De hecho, planeaba ir con Gulf. Así que no te preocupes. Vamos-. Aquella fue más una orden que sugerencia. Da un par de pasos y mira sobre sus hombros, al darse cuenta de que no le sigo-. ¿Pasa algo?

Niego y él sonríe, mientras se acerca nuevamente a mí, curioso por mi comportamiento. Por instinto retrocedo.

-Llámame loco, pero... ¿Está evitándome? ¿Hice algo que te molestara?

-No-. Respondo enseguida ¿Qué le diría? ¿Cómo le explico lo que me sucede, desde hace unos días?

-Zee-. La voz de Orn a nuestras espaldas llama nuestra atención. Internamente le agradezco-. Tu auto está listo.

I'm Sorry Friend Donde viven las historias. Descúbrelo ahora